La cocina puede convertirse en un mundo de estímulos para las personas con parálisis cerebral. Con el objetivo de salvar las barreras que en ocasiones impiden a estas personas desenvolverse en la cocina, la Asociación de Paralíticos Cerebrales de Alicante (APCA) ha puesto en marcha un proyecto para adaptar pequeños electrodomésticos de cocina para que utilizarlos sea más sencillo para las personas con parálisis cerebral.

El pasado verano, la entidad obtuvo una dotación económica de 2.000 euros para adaptar los electrodomésticos con pulsadores y una caja de conexiones para que las personas con movilidad reducida puedan manejarlos con la mínima ayuda. «De esta forma hemos hecho que instrumentos como una máquina de hacer gofres, un pelador de frutas eléctrico o un robot de cocina sean accesibles para su uso», señala Verónica Rondán, logopeda y líder en tecnologías de apoyo de APCA.

Con sus utensilios adaptados, un total de 45 usuarios del centro de día y residencia Infanta Elena se lanzaron a cocinar todo tipo de platos: desde dulces, como bizcocho, tarta de queso o melocotón al vino; a saldados, como sándwiches, pechugas de pollo o sopa de cebolla e incluso «smothies».

Los responsables de esta iniciativa quisieron que su proyecto fuera compartido con otras entidades de personas con parálisis cerebral y así facilitar la vida del mayor número posible de personas gracias a la cocina. «Desde el inicio teníamos muy claro que uno de nuestros objetivos sería tutorizar las sesiones y compartir las recetas con otras entidades que forman parte de Aspace, la confederación de entidades de Atención a la Parálisis Cerebral de toda España», asegura Verónica Rondán.

En toda España

En total se han realizado 11 videoconferencias con otras cuatro entidades en Huesca, Cáceres, Gijón y Navarra compartiendo recetas de cocina con los utensilios adaptados. Aspacechef es el nombre que se le ha dado a este proyecto. La iniciativa le ha valido a la Asociación de Paralíticos Cerebrales de Alicante el premio en el VI concurso nacional de proyectos de tecnología, promovido por Aspace.

Con el objetivo de que su elaboración sea sencilla, los platos, según explica Verónica Rondán, «la preparamos previamente». Tanto los ingredientes como el paso a paso «se presentan con apoyo de pictogramas, ya que la mayoría de estas persona carecen de habilidad lectora y escritora». Asimismo necesitan a personas de apoyo para ciertas tareas más complejas o de mayor precisión.

La cocina para las personas con parálisis cerebral supone, ante todo, bienestar emocional y estímulos a nivel multisensorial (tacto, gusto, olfato, somático, visual). También es positivo, enumera Rondán, «para su desarrollo cognitivo, aumento de las relaciones interpersonales, desarrollo personal, autoestima, aprendizaje, aumento del autoconcepto, ayuda a la mejora de la autoimagen, entre otros».

Respecto a su participación en el proyecto, los usuarios están muy ilusionados. «Les motiva y ponen gran entusiasmo cada vez que preparamos un taller de cocina. Son una parte importante de la actividad en cada una de las tareas que se desempeñan. Luego, además, comparten el resultado con más compañeros y compañeras».