Hasta EE UU viajaron Carles y su pareja Daniel para ser padres por gestación subrogada de una niña que estos días cumple un año. En estos momentos es uno de los países que más garantías ofrece.

Tres años y medio llevaban Carles Berriales y su pareja Daniel Velarde en lista de espera para adoptar un niño cuando escucharon hablar de la gestación subrogada, «un procedimiento que hasta el momento pensábamos que era algo exclusivo de los famosos», explica Berriales. Medio en serio, medio en broma, esta pareja comenzó a planteárselo y en un mes tenían tomada la decisión.

Illinois fue su destino, «porque junto con California son los estados que más garantías ofrecen». En febrero de 2014 viajaron por vez primera a EE UU para conocer la agencia con la que harían todo el proceso. «Cumplimos los test psicológicos e hicimos las donaciones de semen». También escogieron a la que sería la donante de óvulos, «porque hay que dejar claro que la mujer gestante no es la misma que aporta el óvulo. Genéticamente no tiene nada que ver con el niño».

Hasta mediados de 2014 la agencia no escogió a la gestante. «Los requisitos son muy exigentes. Descartan a las mujeres que quieren hacer esto por dinero». La mujer que ayudó a Carles y Daniel, Jessica, «es profesora y su marido ingeniero, tienen hijos y una buena posición económica». El motivo que le llevó a gestar el hijo de otra pareja, explica Berriales, «es querer ayudar a alguien que lo necesita».

Tras dos abortos, a la tercera fue la vencida y hace un año que nació Carmen, la deseada hija de esta pareja. Durante todo el embarazo, tanto la agencia como la gestante «nos iban informando de las pruebas y controles médicos del embarazo» y en la semana 20, Carles y Daniel viajaron a EE UU para conocer el sexo del bebé.

Tras el nacimiento de Carmen, el proceso para traerla a España fue sencillo. «A la semana ya teníamos todos los papeles de la niña, con la doble nacionalidad, y directamente la inscribimos en el Consulado Español para que al volver a España no tuviéramos que hacer ningún tipo de trámite». Tras su experiencia Carles y Daniel, que viven en Valencia, abogan porque España legalice la gestación subrogada. «Nosotros hemos gastado 120.000 euros y no todo el mundo dispone de este dinero, por lo que se acaba recurriendo a otros países que son un cúmulo de problemas». Actualmente la familia mantiene el contacto con la madre gestante, que les ha permitido disfrutar «del regalo más maravilloso que podíamos tener».