La inspección del escenario del crimen de la viuda de Vicente Sala que prevé realizar esta semana el juzgado que investiga los hechos podría contar con disparos reales. La defensa va a plantear al juez que, durante la inspección ocular, los agentes que participen en la prueba usen sus armas de fuego. El objetivo es comprobar qué pudieron oir los trabajadores de Novocar la noche de los disparos y si los destellos de las detonaciones pudieron verse desde el exterior del lavadero. A esta reconstrucción no acudirá el sospechoso del crimen, al haberse acogido a su derecho a no estar presente durante la diligencia.

El juzgado que investiga el asesinato de María del Carmen Martínez concluye esta semana la primera fase de la instrucción con las diligencias pedidas por la Fiscalía. Faltan todavía por llegar algunos informes pendientes de entregar por la Policía y ahora el resto de las partes podrán pedir también otras pruebas.

El crimen se produjo la tarde del pasado 9 de diciembre en las instalaciones de Novocar en Alicante. María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, murió al recibir dos disparos en la cabeza mientras recogía su coche de Novocar, un negocio de automoción propiedad del grupo familiar. Dos meses después, Miguel López, yerno de la víctima y gerente de la empresa, fue detenido como presunto autor material del crimen.

Por el juzgado ha pasado ya cerca de una veintena de testigos, tanto del entorno familiar de los Sala, como de los trabajadores, donde se les ha preguntado por las tensiones y los enfrentamientos por el control de las empresas en el holding familiar.

Para esta semana, el juzgado va a practicar una inspección ocular en el interior del lavadero de Novocar para comprobar cuáles eran las condiciones de iluminación del recinto en el momento de los disparos. El juez va a tomar dos referencias: una a plena luz del día; y otra a una hora fijada en el que la iluminación sea exactamente la misma a la que había la tarde en que se produjo el asesinato. Con esta prueba, se pretende determinar cuál fue el grado de penumbra que tuvo el asesino para perpetrar el asesinato, ya que ninguno de los trabajadores vio nada anormal, ni escuchó nada, hasta que pocos minutos antes del cierre del negocio se encontraron a la víctima ensangrentada junto a su coche. Ni siquiera se escucharon los disparos, ni se vieron fogonazos, motivo por el que el abogado de la defensa, José Antonio García, ha reclamado esta prueba complementaria al magistrado.

Esta semana también está previsto concluir con la primera ronda de testigos. Mañana lunes, un total de nueve personas han sido llamadas al juzgado para declarar por estos hechos. Entre ellos, se encuentra el propio Vicente Sala, hijo de la víctima, que deberá volver a repetir los primeros minutos del interrogatorio, debido a un fallo técnico que impidió que sus respuestas quedaran grabadas.

Otro de los testigos citados para el lunes es Abacuc Méndez, otro de los yernos de la víctima, que fue quién finalmente avisó a Vicente Sala de que su madre había sido asesinada esa noche. También el juez ha llamado a otros trabajadores de Novocar y dos clientes que esa noche estaban en el concesionario. Uno de ellos alertó de la presencia de dos personas de raza árabe en las instalaciones con actitudes sospechosas, hecho que abrió otras líneas de investigación por parte de la Policía. Estas dos personas fueron localizadas y aseguraron que buscaban un coche por debajo de los 5.000 euros y que se marcharon del comercio al no encontrar ningún vehículo que se