? Menos de 20 personas se dedican en España al soplado de vidrio con fines científicos y dos están en la Universidad de Alicante. Su labor consiste en diseñar y fabricar reactores, sistemas de destilación o tubos de ensayo. A veces son los propios investigadores quienes les encargan un producto que no existe en el mercado y otras son ellos mismos quienes diseñan las piezas o incorporan a algunas ya existentes variaciones para determinados experimentos. Someten el vidrio a 2.000 grados y después lo cuecen en un horno. Algunas piezas necesitan de varias fases y pueden tardar una semana en terminarlas. «Contar con este servicio, exclusivo para personal de la UA, es un verdadero lujo que además nos ahorra dinero en pedidos», destaca Muñoz. Es un trabajo muy artesanal y específico que se está perdiendo.