«Estaba excitadísimo y no paraba de repetir que estaba convencido de que le iban a detener y de que se pasaría 4 ó 5 años en prisión hasta que saliera el juicio». Así lo manifestó ayer ante el magistrado José Luis de la Fuente una pareja amiga íntima de Vicente Sala Martínez y de su mujer a quien el sospechoso les comunicó en el tanatorio unas horas después del crimen sus temores a ser inculpado.

Por separado, el matrimonio explicó a su señoría que Miguel López estaba «nerviosísimo» y que como el hijo de María del Carmen tardaba en volver de la Comisaría (donde esa tarde estuvo declarando durante más de cuatro horas), sólo repetía: «Espero que Vicente sea prudente».

La mujer explicó gráficamente el impacto que le provocó escuchar de boca del sospechoso (a quien también conocía, como a su mujer y al resto de la familia Sala, desde hacía tiempo) que hacía años que todo el mundo sabía que la víctima había perdido la cabeza estando su cuerpo aún caliente. La testigo añadió que le causó tanta impresión escuchar esas palabras en esa situación que se apartó de él, que continuó hablando con su marido en los mismos términos.

La pareja lamentó que teniendo una relación larga con la familia Sala (uno de sus hijos es amigo del menor de Vicente Sala desde pequeños) ahora se haya roto por completo con sus tres hermanas. Ayer, durante el tiempo que coincidieron en el juzgado con Antonia y con Fuensanta, no se dirigieron la palabra.

Fuera del juzgado, el matrimonio aseguró desconocer el alcance de la pugna familiar/empresarial hasta que se produjo el asesinato y recordó la dedicación al trabajo de su amigo Vicente durante el tiempo que se conocían.