Vicente Sala Martínez mantuvo que era el principal perjudicado por el crimen de su madre. El hijo mayor de María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM asesinada a tiros, dejó claro ante el juez que la muerte de su madre le perjudica y que su vida era para él un «seguro». Una respuesta que contrasta con la de su hermana, Mar Sala, que no supo aclarar ante las preguntas del instructor a quién beneficiaba la desaparición de su madre. El primogénito, al igual que su hermana, admitió la existencia de dos bandos en la familia, aunque aclaró que su madre no trataba de privilegiar a nadie, sino de hacer cumplir la voluntad de su padre, Vicente Sala. En este punto, el primogénito aclaró que el empresario fallecido dejó en su testamento la acción de oro (que garantizaba el control de la empresa) a su madre con el mandato de que ésta se la trasmitiera a su hijo, lo que no se pudo hacer en su momento por el fallecimiento del patriarca familiar en agosto de 2011. La polémica acción, explicó Vicente Sala, ya era en realidad suya, su madre sólo podía usarla. Su hermana Mar situó el origen del conflicto en la acción de oro pero añadió que también fue motivo de discordia el intento de su hermano de introducir a su hijo mayor en la empresa, lo que provocó el rechazo de las tres hijas de la fallecida. En un momento del interrogatorio, el abogado de la defensa preguntó a Vicente Sala si en algún viaje a Hispanoamérica de la empresa había realizado alguna extensión a algún otro país del entorno. El interrogado admitió que aprovechó su estancia para acercarse a ver a su hijo en Estados Unidos, pero que se lo pagó de su bolsillo. A preguntas del juez aseguró no haber tenido ningún problema en las empresas al otro lado del Atlántico, descartando la participación de un sicario.

Por su parte, la Fiscalía de Alicante se ha opuesto al recurso planteado por la defensa pidiendo la excarcelación del presunto autor del asesinato. Según confirmaron fuentes próximas al caso, el Ministerio Público considera que persisten todas las causas que motivaron en su día el encarcelamiento de Miguel López, yerno de la víctima, que está entre rejas desde el pasado 10 de febrero, y todos los indicios aportados por la Policía analizados en su conjunto son motivo suficiente para fundamentar la acusación. Entre los motivos aducidos por el fiscal para respaldar la prisión preventiva contra el detenido se encuentra el riesgo de que el sospechoso huya, ante las elevadas penas a las que se enfrenta; así como la posibilidad de manipular pruebas y coaccionar a testigos, ya que entre los principales testigos, son trabajadores de la empresa que el sospechoso regentaba.

Ayer acabó el plazo para que las partes se pronunciaran sobre el recurso de la defensa ante la Audiencia pidiendo la excarcelación de Miguel López. El abogado José Antonio García planteaba que su defendido estaba en prisión en base a suposiciones policiales y sin pruebas directas. El recurso será remitido ahora a la Audiencia donde se celebrará una vista en la que se decidirá si los indicios para mantener al detenido en prisión son sólidos.

Expulsión de las hermanas

El Ministerio Público y el abogado del primogénito de la mujer asesinada piden también que se expulse de la causa a las otras dos hermanas que no son la esposa del detenido. Pese a estar personadas como acusación, ambas reclaman el sobreseimiento de las pesquisas para el sospechoso y que se busque al verdadero autor de los disparos.

El Ministerio Público considera que los principales testigos ratificaron ante el juez en su comparecencia del viernes lo mismo que ya dijeron ante la Policía, aunque con algunas matizaciones. Dentro de los interrogatorios celebrados el viernes uno de los principales testigos sostuvo ante el juez que desde el primer momento alertó al yerno de la víctima de que junto al cuerpo de su suegra había casquillos de bala en el suelo. La declaración del jefe del taller, Israel López, es otro de los principales testimonios para la acusación. Israel cogió una baja tras los hechos y luego se ha ido a trabajar a otra empresa. En el juzgado, ratificó lo que ya contó en la Comisaría.

En todas sus declaraciones, Miguel López ha venido manifestando que nadie le habló de esos casquillos en los primeros momentos y que, cuando recibió la primera llamada, sólo le dijeron que su suegra había sufrido una caída y que no le hablaron de los disparos hasta una llamada posterior. Israel sostuvo que sólo habló con Miguel López una vez y que le dio toda la información entonces, dato que se ve avalado por el listado de llamadas. La negativa de Miguel López a admitir que sabía desde esa primera llamada que a su suegra la habían disparado, su cerrazón en este extremo y la forma en que regresó al escenario del crimen, sin decir nada ni a su mujer ni a sus cuñadas, es otro de los indicios clave para la Policía.

El crimen ocurrió en las instalaciones de Novocar, empresa del grupo Sala que regenta el sospechoso, la tarde del 9 de diciembre mientras la víctima recogía su coche del taller. La víctima sufrió dos disparos en la cabeza y fue encontrada malherida por el personal de las instalaciones de automoción, pocos minutos antes del cierre. Aunque en otras declaraciones, el jefe del taller sostuvo que fue Miguel López quién cogió las llaves del coche de María del Carmen para hacer la entrega, en el juzgado no se mostró tan contundente sobre este extremo. Sin saber precisar si Miguel cogió o no las llaves, mantuvo que dijo que el coche lo iba a entregar él personalmente, motivo por el que el testigo se despreocupó.

Joyas

La hermana de la fallecida, Antonia Martínez, también ratificó ante el juez que «nunca jamás» Miguel entregó las llaves del coche a María del Carmen, y que éste se limitó a saludarlas al llegar. La mujer se fue sola al lavadero a coger el coche y allí recibió los disparos. La hermana acusó a Miguel de haberse «inventado» que María del Carmen había sufrido un robo, ya que desde el primer momento se sabía que no faltaba nada. Asimismo, declaró que difícilmente sus hijas pudieron decirle que no fuera al supermercardo con joyas puestas, ya que llevaban meses sin hablarle.