El 59% del personal que presta servicio a los viajeros de los trenes AVE y Larga Distancia de Renfe secunda la tercera de las siete jornadas consecutivas de huelga a las que está convocado, según han informado a Europa Press en fuentes de Ferrovial, empresa que tiene adjudicada la realización de este servicio. La adhesión se eleva al 90% según los sindicatos convocantes de los paros (UGT, CC.OO. USO, Sindicato Ferroviario y CGT), que arrancaron a las 01.00 horas del domingo y se prolongarán hasta la misma hora del próximo domingo.

El seguimiento de la tercera jornada de huelga se mantiene así similar al de la víspera, en una jornada en la que además los sindicatos celebraron concentraciones en distintas ciudades. Ferrovial denuncia actos de presión de los piquetes a los trabajadores para que secundaran el paro que, según sus datos, entre el colectivo de empleados dedicados a la logística (el suministro de productos a los trenes), presenta un seguimiento más bajo, de alrededor del 10%.

A esta semana de huelga están llamados los alrededor de 2.000 empleados de Ferrovial Servicios que se encargan de la restauración, la distribución de prensa y servicios de entretenimiento, de la megafonía y de la cafetería, entre otras funciones, a bordo de los trenes AVE y Larga Distancia de Renfe. La compañía asegura que el paro no tiene impacto alguno en la circulación de los trenes, sólo en los servicios que se prestan a los pasajeros durante el viaje y ofrece la posibilidad de cambiar o anular sin coste alguno los billetes para viajar en los días de paro.

El origen del conflicto es la situación de bloqueo en que se encuentra la negociación del convenio colectivo de estos trabajadores tras más de un año de reuniones. Los sindicatos aseguran que la compañía pretende dejar en suspenso el convenio y presentar un expediente de regulación de empleo temporal que la compañía ha planteado para unos 400 trabajadores.

Ferrovial busca, según la empresa, adecuar las condiciones laborales a los actuales tiempos de viaje de los trenes AVE, dado que aún están vigentes las que se fijaron cuando tardaban más horas en realizar los trayectos y, por tanto, están desfasadas, lo que provoca una pérdida de horas de trabajo.