A preguntas del magistrado que investiga el asesinato de su madre, Vicente Sala negó en su comparecencia del viernes que hubiera ejercido ningún tipo de presión sobre los trabajadores de Novocar, el establecimiento donde ocurrió el crimen, para condicionar su testimonio en contra del yerno encarcelado. Sala explicó que el lunes siguiente a la muerte de su madre fue al establecimiento por una avería en el coche y que mientras esperaba a que se lo dieran se subió a un despacho de Administración por donde los trabajadores fueron pasando para darle el pésame.

Sala puntualizó que Herminio Fuentes, el empleado que encontró a su madre malherida, salió emocionado pero no, en contra de lo que declaró el jefe de ventas, preso de un ataque de ansiedad. Desde las filas de la acusación particular se destacó cómo la empleada a la que Miguel López encargó que llamara a su suegra para recoger el coche no supo aclarar qué día fue, lo que provocó la crispación del fiscal, quien mostró las llamadas desde la centralita la tarde del crimen. La empleada entró a la declaración con los ojos enrojecidos, salió entre lágrimas y visiblemente molesta por la presencia de numerosos reporteros gráficos en la puerta del juzgado.