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Alicante estrena una aplicación pionera para detectar y evitar casos de suicidio

La herramienta está en fase de pilotaje en el Teléfono de la Esperanza y permite medir el riesgo de que una persona se quite la vida para dar aviso de manera inmediata al 112 y movilizar los recursos necesarios

Francisco Sabuco, presidente del Teléfono de la Esperanza de Alicante, en la sede de la asociación junto a uno de los voluntarios. isabel ramón

Casi 140 personas se suicidaron en el último año en la provincia de Alicante. Por cada una de ellas, los expertos estiman que otras seis se intentan quitar la vida sin conseguirlo. Tratar de detectar estos casos y evitar un desenlace fatal es el objetivo de una aplicación informática desarrollada por un psicólogo y profesor de la Universidad pública de Navarra que se acaba de estrenar en fase de pilotaje en la provincia de Alicante, concretamente en la asociación Teléfono de la Esperanza.

En esta entidad reciben cada año más de 700 llamadas de personas a las que les ronda la idea de quitarse la vida o que incluso se ponen en contacto con los voluntarios que atienden el teléfono cuando ya han dado el primer paso, por ejemplo, con la ingesta de pastillas. «Nos dimos cuenta de que los voluntarios que atienden esas llamadas se ponían muy nerviosos e inseguros a la hora de prestar ayuda a estas personas en un momento tan sumamente delicado», señala Pedro Villanueva, el responsable de esta nueva herramienta, que forma parte de una tesis dirigida por la Universidad pública de Navarra.

La nueva aplicación informática permite «valorar el riesgo de suicidio de la persona que llama y traducirlo en una escala para que el voluntario sepa exactamente qué tiene entre manos». Para ello, la pantalla del ordenador va guiando al profesional del Teléfono de la Esperanza por los distintos factores de riesgo que puede presentar la persona al otro lado del teléfono. «También facilita que el voluntario que atiende a esta persona pueda explorar las razones que hacen que quiera quitarse la vida y los factores que habría que reforzar, como la familia o las creencias religiosas, para utilizarlos como atenuante en ese momento tan crítico».

Al final de la entrevista el programa da una serie de pautas al voluntario para que actúe. «Le puede aconsejar que contacte de manera inmediata con los servicios de emergencia, si la escala de riesgo es muy alta, se le aconseja que llame a la familia o que oriente al afectado para que acuda a la Unidad de Salud Mental que le corresponde».

Para desarrollar esta nueva herramienta informática, Pedro Villanueva, que es psicólogo de profesión, se ha basado «en las escalas de suicidio más utilizadas a nivel internacional».

Actualmente los responsables del Teléfono de la Esperanza de Alicante están trabajando con el 112 para poder mejorar la respuesta de los servicios de emergencia ante los casos de tentativas de suicidio. «El objetivo es que cuando detectamos a una persona en esta situación podamos lanzar directamente un aviso al 112 para que se movilicen los recursos necesarios, sin tener que pasar por los cauces habituales de filtrado y verificación de llamadas», explica Francisco Sabuco, presidente del Teléfono de la Esperanza en Alicante. Ya existe una colaboración entre ambas instituciones en la Comunidad Valenciana, «de manera que cuando Emergencias recibe la llamada de una persona que está en grave riesgo de quitarse la vida o ya ha dado los primeros pasos, nos remiten la llamada para que hablemos con él hasta que Policía y servicios sanitarios lleguen al domicilio».

El Teléfono de la Esperanza (965 131 122) cumple este año su 40 aniversario en la provincia de Alicante. Cerca de 140.000 personas han recurrido a este servicio a lo largo de su historia en el que se presta ayuda anónima y gratuita a personas que están pasando por un mal momento personal. Sólo en el último año han sido 6.000 las asistencias en la provincia. Unas cifras que se mantienen al alza pese a los leves síntomas de recuperación económica. En un 12% de las llamadas está presente la idea del suicidio.

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