Las entregas de los coches en Novocar no siempre las realizaba uno de los responsables del taller y tampoco está muy claro que Miguel López dijera al encargado del lavadero que podía tomarse el resto de la tarde libre el mismo día del crimen cuando terminara de cargar los muebles por los que le había enviado a una nave en la avenida de Elche. Aunque uno de los testigos principales de la causa, el empleado de Novocar Herminio Fuentes, mantuvo los extremos en los que se basa la acusación, ratificó otros aspectos que puntualizaban algunas de estas conclusiones en la declaración del pasado viernes ante el juzgado que investiga el asesinato de la viuda de Vicente Sala. El fiscal del caso José Llor se refirió a ellos como «matices».

Las pesquisas del crimen afrontan uno de sus momentos decisivos con las declaraciones de los principales testigos de la causa. María del Carmen Martínez murió de dos disparos en la cabeza la tarde del 9 de diciembre al recoger su coche del taller de Novocar, empresa del grupo familiar y regentada por su yerno, Miguel López, que está en prisión desde el pasado 10 de febrero como presunto autor material del asesinato. Ante la falta de pruebas directas, la reconstrucción de los pasos del sospechoso del asesinato en el momento de los disparos, así como los testimonios de los trabajadores son algunos de los pilares en los que se apoyan las pesquisas.

Tal como ya publicó este diario y a falta de que declaren los dos agente que tomaron los primeros datos en Novocar, el interrogatorio de Herminio Fuentes, se cerró el pasado viernes con una respuesta que dejó descuadradas a las acusaciones cuando, a preguntas de la defensa, se ratificó en una declaración en la que sostenía que vio a María del Carmen Martínez con vida recogiendo su coche al llegar a Novocar de cargar muebles a las 18.55 horas, una hora a la que la investigación judicial situaba al sospechoso en su casa. Las preguntas de la defensa fueron dirigidas también a que ratificara otros aspectos que puntualizan extremos de las conclusiones policiales. Los investigadores señalan que el hecho de que Miguel López entregara personalmente las llaves del coche a su suegra, se trataba de algo inusual, ya que el protocolo de la empresa dejaba esa tarea en manos de los jefes del taller para explicar las reparaciones realizadas. La semana del crimen María del Carmen Martínez fue hasta tres veces a Novocar a recoger distintos vehículos: el lunes, el miércoles y el viernes. Este último día se produjo el asesinato.

Estacionado en el parking

Según las declaraciones de Herminio, el lunes, a pesar de que el coche ya estaba terminado y estacionado en el parking, Miguel López cogió las llaves y volvió a introducirlo de nuevo en el lavadero. La explicación que dio el sospechoso a las preguntas de este trabajador fue que «es que mi suegra es muy desconfiada y no se cree que los coches se los lleva limpios». Quién entregó finalmente ese lunes el vehículo a María del Carmen, es algo que Herminio ignoraba porque Miguel le envió a llevar unos muebles para almacenarlos en una nave de la empresa en la avenida de Elche. El miércoles volvió María del Carmen a Novocar a recoger otro coche, esta vez el de su hijo, Vicente Sala Martínez, según la declaración, en la que dice que lo había lavado él personalmente, pero sin especificar si había tenido algún tipo de reparación. El coche lo entregó él mismo, no los encargados del taller, y lo dejó aparcado fuera del lavadero con el morro en dirección a la calle. Herminio entregó las llaves a la víctima, sin que ese día Miguel López le enviara a seguir cargando muebles. Esa misma mañana le dijo que parara y que ya le diría cuando debería continuar. El abogado de la defensa, José Antonio García, hizo que el testigo se ratificara en estos extremos.

Los investigadores sostienen que Miguel López envió a este testigo a cargar muebles para poder quedarse a solas con la víctima y matarla mientras le entregaba el vehículo. Herminio aseguró a los agentes que ese viernes el sospechoso le dijo que no hacía falta que volviera al terminar el viaje con los muebles y que podía marcharse directamente a casa. Sin embargo, en otra posterior declaración el testigo expresó sus dudas sobre si fue algo que le dijo ese mismo viernes o fue el lunes. Fuentes cercanas al caso apuntaron a que, en cualquier caso, el trabajador tenía que regresar a Novocar a devolver la furgoneta.