Antonia Martínez, la hermana de la María del Carmen, era la primera testigo citada y fue la primera en comparecer en el Palacio de Justicia de Benalúa acompañada de Luis Corno, quien ejerce la acusación particular en nombre de su sobrino. De riguroso luto y visiblemente afectada, quien dedicó su vida a sus cuatro sobrinos divididos ahora en dos bandos de momento irreconciliables, esperó a ser citada ante el magistrado sentada en un rincón de los juzgados sin poder contener la lágrimas a duras penas.

Discreta y educada, la cuñada del expresidente de la CAM Vicente Sala, declinó hacer declaraciones aunque no evitó dejar constancia de la «tragedia» que está viviendo su familia, ahora hecha añicos.

Tras ratificar ante el juez sus anteriores declaraciones, en las que expresó su convencimiento de que Miguel López había acabado con la vida de su hermana e incluso llegó a expresar ante la Policía sus sospechas acerca de sus sobrinas al no haber visto en ellas, precisó, ningún gesto de pena o arrepentimiento, Antonia abandonó el Palacio de Justicia sin llegar a cruzarse con su sobrina Mar, la única de las tres hermanas que ayer estaba citada, ni con el primogénito que llegó después.

Quienes sí coincidieron fueron los dos hermanos mayores (las otras dos, Antonia y Fuensanta, la mujer del Miguel López,están citadas el próximo viernes) aunque por no intercambiar un saludo, ni se miraron. A Vicente, que nunca hasta ayer había pisado un juzgado, le acompañaba su mujer mientras que su cuñada, con quien tampoco hubo intercambio alguno, permanecía en el mismo rincón en el que poco antes había estado su tía. Junto a ella, los empleados de Novocar y, en los recesos, su abogado. Aunque su presencia en la causa está pendiente de lo que diga el juez tras haber pedido el fiscal su expulsión.