¿En qué consiste la democracia inclusiva?
Es una manera de describir un modelo de democracia. El modelo de democracia liberal sufre un déficit de reconocimiento del pluralismo por un lado y un déficit de reconocimiento de la igualdad de determinados individuos y grupos que por pertenecer a un colectivo concreto no reciben un estatus igual en ciudadanía y en derechos.
¿Qué se puede hacer para solucionar estos déficits?
No existe una respuesta sencilla ni mucho menos para eso. Yo me limito a señalar algunos déficits y algunas vías para corregirlos. Es más fácil verlo si se examina en términos relativos de exclusión y los índices se están disparando. La hay de dos clases. Por un lado, el crecimiento de la desigualdad respecto a los individuos y grupos que en la era de la Revolución Industrial se llamaban «clase peligrosa» y que fueron agregados mediante un pacto social el siglo pasado alcanzando unos derechos sociales. Pues bien, en pleno siglo XXI no basta con tener un contrato de trabajo para asegurar que no somos pobres, ni siquiera a veces el contar con un contrato estable. Por otro lado, tenemos otra exclusión creciente derivada de la globalización.
¿En qué sentido?
Son los desplazados por motivos económicos o de otro tipo que el capitalismo financiero ha convertido en desechos humanos. Millones de personas son utilizadas como herramientas que tienen la misma condición de caducidad que nuestros bienes, se adquieren y se sustituyen. Son los nuevos parias. El trato y la respuesta que damos a estos grupos determina nuestro tipo de democracia. Y ¿qué grado de exclusión puede soportar una democracia antes de dejar de serlo? Pues la respuesta ahora mismo es que el grado que estamos alcanzando es ya insoportable. La democracia ateniense excluía a las mujeres y a los esclavos. Obviamente hemos mejorado en cuanto a las mujeres, aunque queda mucho por hacer, pero estamos usando la esclavitud bajo nuevas formalidades.
Como experto en políticas migratorias, ¿cómo ve la situación de los refugiados? ¿Está Europa incumpliendo el derecho de asilo?
Este es un ejemplo arquetípico de la democracia de exclusión. Se sustituye la verdadera democracia por un discurso paternalista y el debate acaba centrándose en gestos de buena voluntad. Las reformas avanzan en la exclusión de un colectivo que nunca es considerado como sujeto de derecho, el de los niños. Es un escándalo que en Europa haya 10.000 niños desaparecidos de los que no sabe nada ni la Europol. Son refugiados que llegaron a Europa no acompañados. La última barbaridad de la UE ha sido dejar la seguridad en manos de Libia, un estado fallido. La historia juzgará a esta generación de gobernantes, aunque veo esperanzas en la reacción de la ciudadanía consciente, activa y solidaria, la que se manifiesta y exige crear redes de refugio en sus municipios como ocurrió en Barcelona. Esto no va de dar limosna, sino de que se reconozca a estas personas como sujetos de derecho, de dar una oportunidad a la integración real.
¿Qué opina de lo que está ocurriendo al otro lado del Atlántico, de las decisiones de Trump en materia de inmigración respecto a los mexicanos y a los árabes?
Trump al menos, comparado con la UE, ha tenido la cortesía de no engañar. Me parece bastante hipócrita que los europeos critiquen el muro de Trump cuando nosotros tenemos un muro en el Mediterráneo con fuerzas de la OTAN. En el mar Egeo, entre Grecia y Turquía hay buques de guerra. La Armada obviamente cumple con el deber de auxilio, pero su misión es de control y disuasión. Me parece escandaloso criticar a Trump como si pudiéramos dar lecciones morales. Claro que a mí Trump me parece un parafascista, racista y xenófobo pero creo que en Europa deberíamos ver antes nuestra viga en el ojo que la paja en el de Trump.
