Pasadas las 16 horas ha concluído la primera ronda de declaraciones ante el juez por el crimen de María del Carmen Martínez, viuda de Vicente Sala. La última en testificar ante el magistrado ha sido la hija mayor, María del Mar Sala que ha estado ante el juez durante más de media hora. Anteriormente, el hijo de Vicente Sala ha estado durante más de hora y media ante el juez declarando por el asesinato de su madre.

El juez ya ha escuchado esta mañana a la hermana de la víctima, que fue asesinada de dos disparos el pasado 9 de diciembre en Alicante. El testimonio de Antonia Martínez ha abierto la ronda de declaraciones a las que se suman las de los hijos y las de cinco empleados de Novocar.

Martínez, que vestía de riguroso luto, ha estado declarando durante cerca de una hora y a su salida se le ha visto visiblemente afectada. Fue ella quien llevó a la fallecida hasta el concesionario de coches familiar, Novocar, donde María del Carmen tenía que recoger su propio vehículo tras una revisión y en cuyo lavadero fue tiroteada esa misma tarde.

La hermana declaró en su día a la Policía Nacional que estaba segura de que Miguel López, yerno de la fallecida y que está en prisión como presunto autor material del crimen, era culpable.

El titular del Juzgado de Instrucción 7 de Alicante, José Luis de la Fuente, ha escuchado hoy a Antonia Martínez y a otros siete testigos, entre ellos, los empleados del concesionario que se encontraban trabajando cuando se produjo el crimen.

Gran expectación mediática ante el juicio por el asesinato de la viuda de Vicente Sala

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La investigación policial ha constatado que los Sala Martínez estaban divididos en dos bandos, uno formado por María del Carmen Martínez, su hermana y su hijo, y otro integrado por sus otras tres hijas, enfrentados por el control de las empresas.

Los agentes detuvieron a López, casado con la menor de las hijas de la víctima, Eva Fuensanta, en su domicilio el pasado día 8.

El sumario sobre el crimen, que será juzgado por un jurado popular, refleja que el sospechoso incurrió en varias contradicciones con otros testigos.

Además, según las pesquisas, el yerno ocultó en sus declaraciones en comisaría que había parado varios minutos en su casa antes de regresar al concesionario que él mismo regentaba, una vez que ya sabía por la llamada de un empleado que su suegra había sido tiroteada.

Los investigadores sospechan que en ese intervalo de tiempo pudo lavarse y esconder el arma con que había matado presuntamente a María del Carmen Martínez media hora antes.