Hace ya tiempo que la práctica deportiva dejó de ser algo exclusivo de quienes se dedican de manera profesional o "amateur" a alguna disciplina en concreto. Cada vez son más las personas que realizan de forma cotidiana ejercicio físico, ya sea por el clásico "culto al cuerpo", por mantenerse en forma sin más o, simplemente, porque les resulta aconsejable por razones de salud. Y la Universidad de Alicante (UA) ha sabido adaptarse a esta evolución: en sus instalaciones es posible desde el entrenamiento de deporte de élite hasta el ejercicio por libre, para quienes quieren dedicar algún momento del día a la actividad física.
El Servicio de Deportes de la UA cuenta entre sus dependencias con un gimnasio, una piscina cubierta, una pista también cubierta, campo de fútbol también apto para práctica de rugby, pistas de tenis y pádel... La oferta es tan variada como múltiples son las opciones de su uso. Lo más destacado, en cualquier caso, es la convivencia en el campus entre el deporte profesional o de aficionado, y con una opinión positiva por parte de los usuarios, tanto los que compiten a alto nivel como los que acuden un par de horas diarias para mantenerse en forma.
Las instalaciones deportivas de la Universidad están abiertas no sólo a alumnos, personal docente e investigador o de administración y servicios, sino también a exalumnos, personal de empresas subcontratadas y público en general. El director del Secretariado de Promoción Deportiva de la institución académica, Dari Escandell, destaca que uno de los principales alicientes es el precio, mucho más bajo que el de un gimnasio convencional incluso para el público no universitario. "Intentamos tener la mejor dotación posible y con personal adscrito al Servicio de Deportes", señala.
Jóvenes entrenando en el gimnasio de la Universidad de Alicante. Foto: Pîlar Cortés
Precisamente esa relación entre la calidad y el precio es uno de los aspectos más valorados por los usuarios. En el entorno del campus universitario hay varios gimnasios, que en algún caso pueden tener aparatos más modernos en sus instalaciones; sin embargo, el bajo coste, la accesibilidad, el horario continuado -abre incluso los festivos- y la posibilidad de practicar disciplinas muy diversas tanto en sala como al aire libre son atractivos muy potentes para un público de lo más variado. En el caso de los alumnos, además, se suman las facilidades para poder compaginar estudios y deporte, incluso cuando se está al más alto nivel.
José María Ardid, monitor de sala en el gimnasio, señala que el perfil de usuario más habitual es el del estudiante de entre 18 y 30 años, "pero por las tardes vienen muchos profesores, trabajadores y gente externa". El trasiego es continuo "ya desde las 8 de la mañana", aunque de todos modos, matiza, en todo momento "es un lugar tranquilo". Lo corroboran usuarios como Daniel Vidal, estudiante de Ingeniería Informática que comenta que "aunque hay momentos en los que se junta bastante gente, puedes entrenar bien siempre". Él suele acudir dos o tres veces por semana, "por mantenerme y por prevenir lesiones de espalda porque tengo una hernia discal".
Daniel aprovecha ratos libres entre las clases para ir al gimnasio, al igual que Irene Zapater y Miguel Ángel Santana, estudiantes de Derecho, que también van normalmente dos o tres veces por semana. Pasan alrededor de hora y media en la sala "haciendo pesas, musculación o ejercicios de cardio". A ambos les parecen óptimas las instalaciones, aunque señalan que en determinados momentos hay mucha afluencia de gente y "a veces no hay máquinas libres". Eso sí, valoran especialmente "el precio" e incluso el entorno, ya que "si quieres puedes correr por el campus en vez de hacerlo sobre una máquina".
Usuarios de la piscina cubierta. Foto: Pilar Cortés
Opinión parecida tienen Pablo Olivares y Alejandro Manchón, que también estudian Derecho. "El campus es como una ciudad, con muchas rutas para correr y, además, sin coches". Los dos destacan que "sobre todo por el precio vale mucho la pena, pero además hay muy buen ambiente y mucho compañerismo en la sala". Así, hacen hincapié en que "hay quien te ayuda a utilizar alguna máquina si no sabes, o te da consejos". También inciden en que "hay de todo para practicar cualquier disciplina".
Las instalaciones deportivas también atraen a estudiantes Erasmus como la canadiense Danyka Leclair, que este año está cursando Sociología en la UA."Tengo muchas horas libres y aquí disfruto", afirma. Además, valora no sólo la calidad de las instalaciones, sino también que "hay mucha luz", y eso la anima más al hacer ejercicio, así como las normas "estrictas" de uso de las instalaciones, que a su juicio facilitan el funcionamiento. Ella, aparte de acudir al gimasio, suele ir a la piscina, que también tiene abonos propios dentro de la oferta deportiva para la comunidad universitaria.
Desde los 58 hasta los 240 euros al año
El uso de las instalaciones deportivas de la Universidad de Alicante resulta económico incluso para las personas ajenas a la institución. Tal y como recoge la página web del Servicio de Deportes, los precios de los abonos anuales oscilan entre los 58 euros para los alumnos de cualquier titulación (reducidos a 38 a deportistas federados o universitarios, así como a personas con discapacidad) a los 240 de las personas externas. Teniendo en cuenta que se trata de un abono anual, la media sale en este último caso a menos de 22 euros al mes (en agosto las instalaciones están cerradas), por lo que sigue siendo más barato que muchos gimnasios convencionales.
Hay tarifas intermedias para el personal de la Universidad, o bien trabajadores de empresas externas que trabajan para la institución o exalumnos que forman parte del colectivo Alumni. En el primer caso, el precio del abono anual es de 70 euros, y de 100 en el segundo. Otro detalle significativo es que también los alumnos de estudios de primer y segundo ciclo de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), así como su personal, se benefician también de estas tarifas al igual que la comunidad universitaria de la UA.
Las opiniones
Daniel Vidal: "Vengo para mantenerme y para prevenir lesiones de espalda. Teniendo en cuenta el precio, las instalaciones están muy bien. A veces quizá se junta mucha gente, pero tampoco es un problema eso".
Irene Zapater: "Vengo a hacer ejercicios de cardio y musculación. Hay muchas instalaciones a un precio muy bajo; hay mucha gente, pero también tienes la suerte de poder correr en la calle si no te apetece hacerlo en una máquina".
Miguel Ángel Santana: "Tengo clase por las tardes, así que suelo venir a mediodía, dos o tres veces por semana, para hacer pesas y calentamiento. A veces hay bastante gente, pero la relación calidad-precio merece la pena".
Danyka Leclair: "Vengo al gimnasio y a la piscina unas dos veces por semana. Me gustan mucho las instalaciones, hay mucha luz y muchas máquinas, y normas de funcionamiento estrictas que hacen que todo vaya mejor".
Alejandro Manchón: "Está muy bien, hay de todo lo que se necesita para paracticar cualquier disciplina. Además, hay mucho compañerismo entre todos los que nos juntamos aquí, nos ayudamos unos a otros cuando hace falta".
Pablo Olivares: "Sobre todo por el precio vale mucho la pena venir, y también por el buen ambiente que hay. No tienes problema para preguntar a alguien si no sabes cómo manejar un aparato. Y si te apetece correr al aire libre, el entorno ayuda mucho".
