El consejo de administración del Puerto de Alicante aprobó ayer la renovación de las licencias provisionales que tienen las cuatro empresas que mueven graneles en los muelles, en especial los polémicos cemento y clíncker. La decisión se hizo pública ayer en el consejo, en el que esta presente el concejal Miguel Ángel Pavón, y se produce tras haber recibido el Puerto la autorización ambiental del Consell para mover graneles por un año a cambio de medidas que minimicen el impacto, y sin que las propias mercantiles hayan recibido todavía el oportuno permiso municipal. Mientras, los vecinos siguen exigiendo que la operativa se realice en naves o silos cerrados, algo que de momento se ha descartado debido a la altísima invesión económica que habría que realizar y a la espera de ver cómo funcionan las medidas correctoras. Se van a elevar los paneles cortavientos y se instalar estaciones para medir la calidad del aire.

Por otro lado, en el consejo también se concedió una primera prórroga de la autorización de la gestión del servicio de apoyo a las labores de control en las instalaciones fronterizas para el control de mercancías. También se dio vía librea a la actualización del Plan de Recepcíon y Manipulación de Desechos generados por los buques y residuos de carga.

Protesta

Mientras se celebrada la reunión, unos 70 trabajadores del Puerto (mantenimiento y oficinas) se concentraron ante las oficinas de la Autoridad Portuaria en protesta por el deterioro de las condiciones de trabajo. Entre ellos, efectivos de la Policía Portuaria, que vienen denunciando la falta de agentes para patrullar los muelles. El comité de empresa hizo llegar una nota al consejo en la que se recordó que desde 2010 la masa salarial se ha recortado en 500.000 euros, lo que afecta a las contrataciones.