Dos meses y medio después de renunciar al proceso de contratación el servicio de limpieza de colegios y dependencias municipales ante las amenazas de huelga de la plantilla por la falta de garantías laborales, el tripartito dio ayer el visto bueno a un nuevo pliego de condiciones en el que se premiará a las empresas que garanticen el mantenimiento de los puestos de trabajo durante los dos años que dura la contrata, que se puede ampliar dos años más. Eso sí, el equipo de gobierno no podrá controlar el precio final de la adjudicación tanto como deseaba con el objetivo de preservar los derechos sociales de los 400 trabajadores de la plantilla, ya que un informe del interventor, en base al marco legislativo, era contrario a penalizar a las empresas que bajasen la oferta más de un 5% respecto a los 18,4 millones (IVA incluido) en los que el Ayuntamiento ha fijado el precio de licitación de un servicio que el empresario Enrique Ortiz lleva prestando fuera de contrato hace veinte meses y por el que ha cobrado unos 14 millones. Ahora, el constructor alicantino tiene embargados sus ingresos mensuales por este servicio (que superan los 700.000 euros) tras los requerimientos presentados por el Banco Sabadell en el juzgado ante el impago de varios créditos, que la entidad valora en 140 millones.

Finalmente, el nuevo pliego de condiciones aprobado ayer en una Junta de Gobierno extraordinaria, a la que no asistió el alcalde por encontrarse en Valencia en una reunión con el conseller de Educación, recoge una cláusula sobre el 5%, pero se aplicará sobre la media de las ofertas de todas las empresas que acudan al concurso y no sobre el precio de la licitación como pretendía un tripartito que admite que la adjudicación tardará unos tres meses en concretarse.

El pliego de condiciones contó ayer con el visto bueno de PSOE y Compromís, mientras que Guanyar se abstuvo. La formación que lidera Miguel Ángel Pavon cambió ayer su signo de voto respecto a la Junta de Gobierno en la que se aprobó la primera licitación, en noviembre del pasado año, donde Guanyar optó por votar en contra.