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El testamento de Vicente Sala establece que la acción de oro pase de su viuda a su hijo

El expresidente de la CAM legó la participación privilegiada a María del Carmen Martínez con el mandato de que la traspasara al primogénito

El testamento de Vicente Sala establece que la acción de oro pase de su viuda a su hijo

Vicente Sala Bello, exvicepresidente de la CAM e impulsor de un entramado empresarial cuyo control ha provocado una guerra sin cuartel entre sus herederos por la titularidad de la denominada acción de oro (que otorga a quien la posee el control sobre las sociedades de la familia), dejó dicho en su testamento que la participación privilegiada que legó a su esposa, María del Carmen Martínez, pasara de ella a su primogénito.

Una última voluntad en cuyo cumplimiento andaba empleada su viuda cuando fue asesinada a tiros el pasado 9 de noviembre y a la que se han opuesto las otras tres hijas del matrimonio: Antonia (Tania), Mar y Fuensanta (Fany), esta última casada con Miguel López, encarcelado desde el viernes por el crimen de su suegra.

En el consejo de administración de julio pasado, donde se llevó a aprobación el legado de Sala y los derechos societarios a favor del mayor de sus hijos, las tres hermanas cesaron al primogénito, Vicente, como presidente y consejero delegado de todas las sociedades del grupo.

Unos meses después, en la turbulenta junta del 19 de septiembre donde, gracias precisamente a los privilegios de la participación que tenía María del Carmen, se cesaron los consejos de administración y se cambiaron por la figura del administrador único (que asumieron ella y su hijo), la transferencia de la acción de oro fue de nuevo rechazada por las tres hermanas y por sus respectivos hijos, a quienes éstas dieron entrada en la junta cediéndoles una acción. Esta oposición provocó que, aunque la cesión fue aprobada gracias de nuevo a la participación privilegiada, no se pudiera inscribir el acuerdo en el Registro Mercantil al ser preceptivo para ello que se hubiese adoptado por unanimidad, lo que no ocurrió. Vicente Sala instaba también a los socios de las mercantiles (es decir, a sus cuatro hijos, además de a su mujer) a que «para la debida eficacia de la sustitución, se modifiquen en lo preciso los estatutos».

Según recoge el testamento, fechado en diciembre de 2010, nueve meses antes del fallecimiento del empresario, el traspaso de la participación de madre a hijo no es aplicable a todas las empresas del grupo sino que «se restringe en todo caso y con carácter exclusivo al ámbito societario que desarrolle actividades de comercial de plástico, caucho materias primas» que es, en definitiva, el motor económico del holding con unos beneficios netos en las últimas cuentas de 8 millones de euros. Un emporio cuyo control está ahora en juego y que, dado lo enconado de la situación, no sería de extrañar que tuviera que resolverlo un juez.

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