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Análisis

Tan importante como el exitoso AVE con Madrid

La conexión ferroviaria rápida con Cataluña y Valencia es clave para la provincia de Alicante

Vista general de los andenes de la estación de Alicante, desde donde parten los trenes del corredor. ISABEL RAMÓN

Diecisiete años después de que los empresarios que entonces representaban a la patronal alicantina reivindicaran la urgencia del Corredor Mediterráneo tras decidirse en Murcia, nunca en Alicante, que el AVE conectara Alicante y Madrid, y no se quedara sólo en una conexión con Valencia, han tenido que ser los empresarios valencianos, junto al alicantino Antonio Arias, consejero-delegado de Vectalia, los que traten de sacar ahora las castañas del fuego a Alicante y que la provincia se enganche al Corredor Mediterráneo.

Fue la Asociación Valenciana de Empresarios (Ave) la que organizó un acto en Villena a mediados del pasado diciembre, ayer fue en Tarragona, y ya tiene otros dos actos programados en Murcia y Almería. Diecisiete años después, la patronal valenciana se ha plantado y aprovechando el relevo en el Ministerio de Fomento, arranca una cruzada que, y hay que aplaudir, no se queda esta vez en Almussafes donde se ubica la Ford. Que sean los empresarios valencianos los que hayan tirado del carro para enganchar Alicante al Corredor Mediterráneo peleando contra el tradicional «menfotismo alicantino» (o lo que es lo mismo, pasar de todo) da base para otro análisis, pero centrándonos en la actualidad hay que celebrar que de una vez por todas por fin se coja el toro por los cuernos y la reclamación vaya en serio.

El Ministerio de Fomento ha reaccionado tímidamente en las últimas semanas y, al margen de nombrar un coordinador para la ejecución de obra, acaba de conocerse que el Puerto de Alicante tendrá por fin el tercer carril para la carga que le acerque a Villena (gracias a la presión empresarial y del actual Consell, por supuesto) pero ésta se quedará, pásmense, en la estación de La Encina, ya que hasta 2025 no está prevista la conexión en AVE entre la pedanía villenera y Xátiva. Un chiste, teniendo en cuenta, además, que los trenes de mercancías solo pueden circular a una velocidad máxima 160 kilómetros/hora por el ya tristemente célebre tercer hilo, y eso que todavía no está operativo.

Siendo impresentable que haya Euromeds que tarden casi seis horas en cubrir los poco más de 500 kilómetros que separan Alicante y de Barcelona (los mismos que el trazado del AVE con Madrid dando el rodeo por Cuenca y para los que como mucho se emplean 2 horas y 30 minutos), el tema ha entrado en vía de solución y, por ejemplo, Fomento da por hecho que entre Alicante y Valencia se pueda viajar en 55 minutos en tren a final ya de este mismo año y en tres horas a Barcelona cuando se solucione el tramo Tarragona-Vandellós. Pero, ¿y la carga?. Cerca de seis millones de toneladas de frutas y verduras de la potente actividad hortofrutícola de las provincias de Alicante, Murcia y Almería salen todos los años por carretera hacia la Unión Europea donde los caquis se venden a euro la unidad. Los empresarios calculan que se necesitarían 5.000 trenes al año (actualmente sólo un 1% de la producción viaja en tren) ¿Alguien se puede creer que con un carril es suficiente? Ni los más acérrimos defensores del ferrocarril. Si no se soluciona el parche del tercer hilo, y hasta ahora en Madrid no están por la labor, los exportadores de la provincia y del conjunto del eje Mediterráneo seguirán apostando por el camión frigorífico que en menos de 24 horas, y sin romper la cadena de frío, recoge la uva de mesa en Novelda y la deja en la puerta del supermercado de Munich.

En Villena se escenificó el arranque de la cruzada por el Corredor Mediterráneo. Tarragona ha sido la segunda etapa pero falta todavía mucho por hacer como, por ejemplo, la conexión del aeropuerto de Alicante-Elche con tren con el resto de la provincia y, por ende, con el Corredor Mediterráneo. Una opción fundamental para Alicante de la que, al menos hasta ahora, se reían en el propio Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, el mismo que escudándose en la crisis económica, construyó un apeadero de hoja de lata para acoger el exitoso AVE que une Alicante y Madrid desde hace tres años. El reto, ahora, es Cataluña.

Hace muchos años, escuché al revisor del «Sol de Levante», aquel expreso nocturno que unía Alicante con el País Vasco a veces en 20 horas, asegurar que la falta de inversiones para mejorar el trazado Madrid-Bilbao era un tema político. No quiero pensar que el enlace de Alicante con Cataluña esté corriendo la misma suerte. Señor ministro Íñigo de la Serna. No es una reivindicación nacionalista. Para llegar a Austria en tren hace falta pasar por la estación de Sants.

Han pasado diecisiete años y la frase del veterano empresario Joaquín Rocamora, expresidente de Coepa, no se me quita de la cabeza. «El corredor es casi más importante para Alicante que el AVE». Corría febrero del año 2000. Que no pasen otros diecisiete.

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