Frente a la pericia demostrada en los negocios por su suegro, que logró levantar de la nada un imperio industrial de casi 250 millones de facturación anual, el balance que presentan las sociedades del grupo familiar gestionadas por Miguel López no puede ser más ruinoso. Sólo en los últimos dos años con cuentas registradas -los de 2014 y 2015-, las compañías administradas por el ahora detenido como supuesto autor material del crimen de María del Carmen Martínez acumularon casi 3,2 millones de euros en pérdidas y algunas de ellas vieron caer su patrimonio hasta niveles problemáticos.

Tanto es así, que en el verano de 2015 López optó por extinguir, mediante su fusión con la matriz, Novocar Centro del Automóvil S.L., tres de las sociedades que en vida de su suegro, el expresidente de la CAM Vicente Sala, llegaron a ser toda una referencia en el sector de los concesionarios de la provincia. Se trata de Tuwyncar S.L.U., que en su momento sirvió para administrar la concesión de Porsche en Alicante, vendida a finales de 2012; Hersa Motor, que había perdido su contrato con Honda en mayo de 2013; y Novocar Sport, responsable en su día de comercializar Mazda y que ya se encontraba en patrimonio negativo por aquella fecha. Todas ellas fueron liquidadas definitivamente en octubre del año pasado, una vez completada su integración en el negocio principal.

Así, de poseer un buen número de concesionarios, la rama automovilística del grupo se ha visto reducida a un establecimiento de compraventa de coches usados, taller mecánico y correduría de seguros con una facturación más bien discreta. En 2013 y 2014 los ingresos apenas rondaron los 390.000 euros y sólo en 2015 dieron un estirón, hasta los 1,5 millones de euros, gracias a la comercialización de los automóviles que la filial de «rent a car» del grupo retiraba del negocio.

Los números rojos se agravan

De nada sirvió que aumentara la facturación porque, si en 2014 Novocar Centro del Automóvil había perdido 58.791 euros, un año después el agujero se había incrementado hasta los 258.746 euros, cinco veces más. De hecho, hay que remontarse a 2013 para encontrar un ejercicio con resultados positivos para la sociedad. Entonces ganó la nada despreciable cifra de 1.459.690 euros, pero la mayor parte de ese dinero llegó vía ingresos financieros y no como parte de la actividad mercantil que desarrolla habitualmente la empresa.

Una compañía que se creó en 1994 y que, con la excepción de unos pocos meses tras su constitución, cuando fue su mujer, Fuensanta Sala Martínez, la que ocupó el cargo de administradora única, siempre ha estado gestionada por Miguel López.

De las cuentas de la firma llama la atención el importante incremento de sueldo que recibió el ahora detenido en apenas un año, al pasar de los 45.000 que ingresó por su trabajo en 2014 a los 99.999 que cobró en 2015. Una subida que podría tener relación con la decisión de su cuñado, Vicente Sala Martínez, y de su suegra de disminuir el reparto de dividendos del grupo y que los distintos miembros del clan vivieran de sus respectivos salarios. Este movimiento fue uno de los que contribuyó a la guerra entre el presidente del grupo y sus hermanas, apenas unos meses antes del asesinato que ha conmocionado al mundo empresarial alicantino.

La apuesta por el alquiler

Ante la pérdida de las concesiones, Miguel López trató de buscar nuevas vías de negocio y vio su oportunidad en el concurso de acreedores de una firma de «rent a car» de Xàbia, Sol Mar Alquiler de Vehículos S.L., que acabó en disolución tras dejar una púa que, únicamente con la Agencia Tributaria, superaba los diez millones de euros. Así, en 2013 Novocar utilizó una filial que ya tenía dedicada al alquiler de vehículos para comprar los activos y la marca de esta mercantil, que rebautizó como Solmar Selec.

Las buenas perspectivas del sector turístico -uno de los que mejor ha resistido a la crisis en la provincia- hacían presagiar que sería un buen negocio, que podría dar buenos réditos. Sin embargo, hasta la fecha la nueva filial sólo ha acumulado pérdidas. Fueron de 1.320.776 euros en 2014 y de 784.573 euros en 2015, según consta en el balance registrado por su matriz, Novocar, ya que Somar Selec todavía no ha entregado sus cuentas de este último ejercicio. Esto impide conocer cuál es su situación patrimonial actual, que se intuye complicada si se tiene en cuenta que cerró 2014 con sólo 186.666 euros de patrimonio neto y que en 2015 tuvo que afrontar las citadas pérdidas de 784.573 euros.

No obstante, la compañía sigue operativa, con establecimientos en los aeropuertos de Alicante, Barcelona, San Javier, Santiago de Compostela, Valencia o Bilbao, además de otras instalaciones en Dénia, Xàbia o Moraira.

La situación de estas firmas contrasta con la salud del resto del conglomerado industrial, del que Samar Internacional ejerce de cabecera, y que sumó 242 millones de ventas en 2014 y unos beneficios de 5,9 millones de euros. Además, la familia Sala tiene una firma patrimonial -Compañía Española de Resinas- que acumula 77 millones en propiedades.