Las oficinas y negocios afectados por el corte de las líneas de teléfono fijo y de fibra óptica en parte de la Rambla, que llevan desde el viernes sin internet, presentarán una denuncia por daños y perjuicios tras casi una semana sin este servicio que, aseguran, está repercutiendo negativamente en su actividad. Así lo adelantó ayer Francisco Rovira, secretario general de la Federación Alicantina del Pequeño y Mediano Comercio (Facpyme). La sede de la patronal del sector está afectada también por la incidencia, de ahí que hayan decidido unir a los afectados, una veintena de abonados, entre ellos negocios, restaurantes y comercios, para pedir responsabilidades.

Rovira, que recordó el compromiso de las compañías suministradoras de reponer el servicio en 48 horas, ha desviado el teléfono fijo de la oficina de Facpyme a su móvil, lo que le supondrá una mayor facturación. «Nos cobran por un suministro de fibra óptica y teléfono fijo que no nos están suministrando», denuncia. De hecho, un abogado con despacho en la avenida ya ha anunciado que solicitará la comparecencia ante el juzgado para un acto de conciliación a Telefónica, a la que culpan del desaguisado. Sin embargo, la compañía atribuye la avería a un corte de cables durante las obras de derribo de los dos edificios del siglo XIX que quedaban en la Rambla para hacer apartamentos, en la esquina con San Isidro.

«Hemos ido a la obra y dicen que ellos no han roto nada, que desconectaron los cables. Unos por otros se lavan las manos y los perjudicados somos las empresas», insisten desde Facpyme.

La promotora que hace las obras ha hecho llegar a los negocios de la zona un escrito con fecha 3 de octubre solicitando la retirada de los cables instalados en las fachadas de los edificios situados en los números 24 y 26 de la Rambla. «Parece que Telefónica ha hecho caso omiso a la solicitud de la empresa», señalan los perjudicados. Sin embargo, desde la compañía aseguraron ayer no tener constancia de ningún escrito. «Por qué razón querríamos perjudicar a nuestros clientes y dejarlos sin servicio? No tiene sentido. Somos la parte perjudicada en esta historia junto a los clientes», señalan.

Vecinos y comerciantes de la zona se quejan también de la gran polvareda que levanta la obra, de sus condiciones de seguridad y de que han tenido que modificar la zona que dejaron para los peatones en la acera ya que llegaban casi al carril bus.