¿Cuál es el objetivo de su nuevo libro «Siria. Revolución, sectarismo y yihad?
Quiero aportar claves de lo que ha ocurrido en Siria en los últimos seis años. Pretendo aclarar dudas y lugares comunes sobre una guerra en la que hay tantos intereses y tantos efectos internacionales.
¿Cuáles son esas claves?
Las claves son a nivel doméstico con los actores implicados, que son el régimen de Al Assad y los grupos rebeldes; regionales, en la que están involucrados quienes han enviado armas o fuerzas para combatir uno u otro bando; e internacionales con el papel de EE UU y Rusia, así como por qué la Unión Europea no ha jugado un papel activo pese a lo que se juega y lo que le ha tocado asumir en términos de la catástrofe humanitaria de los refugiados y de terrorismo yihadista.
¿En qué momento se encuentra ahora la situación?
Ahora se encuentran en una especie de tablas. La guerra está en punto muerto. Por un lado está el régimen, que ha recuperado terreno tras aprovechar el apoyo ruso con la importante toma de Alepo. Por otro están los rebeldes, divididos y atomizados, que han perdido terreno en los últimos meses y dependen de la ayuda exterior. También están las fuerzas kurdas, que dominan zonas del norte del país y mantienen una posición neutral que les ha permitido cierta autonomía en sus dominios. Y el autoproclamado Estado Islámico, que aprovechando el caos se ha hecho con cerca de un tercio del territorio. Ahora todos están esperando a ver lo que hace el otro tras el alto el fuego pactado con Rusia, pero aún se desconoce si se alcanzará un acuerdo de paz.
¿Se alcanzará un acuerdo de paz duradero a corto plazo?
Se están dando movimientos para alcanzar ese acuerdo de paz. Pero no será posible sin la intervención de todos los actores implicados. La gran incógnita es qué pasará con Al-Assad, señalado como autor de crímenes de guerra y de lesa humanidad, saber si sus aliados permitirán que sea desplazado del poder para alcanzar la paz. Ese es el nudo gordiano del problema. Está claramente incapacitado para dirigir a su pueblo y reconstruir el país, pero sus aliados no lo van a abandonar.
Y sin ese acuerdo el problema de los refugiados se eterniza
Es una catástrofe humanitaria. Los países del entorno de Siria están desbordados y en Europa se ha gestionado de manera caótica. Cinco millones de personas desplazadas no son un problema coyuntural, es un problema de años e incluso décadas. Falta voluntad política. En Europa sólo Alemania los está acogiendo, el resto de países no quiere asumir la carga de los refugiados. A España tenían que haber llegado 17.000 y han venido mil. Los grupos yihadistas son muy conscientes del problema y los grupos de derechas aprovechan la oportunidad electoralmente.
¿Qué opina del veto de Trump a la entrada de ciudadanos de siete países árabes en EE UU?
Realmente es un veto a los musulmanes y ha disparado la islamofobia. Los extremos se tocan. Con esta decisión Trump se alinea en un punto similar al del ISIS en el sentido de tensar la cuerda y defender la separación en un mundo globalizado. Impide el flujo de conocimiento mutuo, el contacto, igual que el ISIS evita la relación con los infieles. Afianza los estereotipos y el miedo al otro y vuelve a dialécticas que considerábamos superadas.
¿Cómo afectará su presidencia al polvorín en Oriente Medio?
La entrada de Trump puede ser muy grave. Ha irrumpido como un elefante en una cacharrería. Nadie pensaba que mantuviera un discurso xenófobo en la Casa Blanca. Es beligerante con los países árabes y puede extender el veto. Será nocivo si no revisa su política. Ya hay voces contrarias dentro de su propio partido, de los demócratas y de grandes compañías.
