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Un hombre de 83 años, solo, enfermo y sin recursos, lleva 15 días con la luz cortada

La persona que cuidaba al anciano se quedaba con el dinero destinado a pagar las facturas del suministro eléctrico, teléfono y agua

Un hombre de 83 años, solo, enfermo y sin recursos, lleva 15 días con la luz cortada

Un hombre de 83 años, solo, enfermo y sin recursos, lleva 15 días con la luz cortada

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Un hombre de 83 años, solo, enfermo y sin recursos, lleva 15 días con la luz cortada Pino Alberola

En la casa de José Tejedor, en el barrio Virgen del Carmen, el termómetro se ha desplomado estos días. Un frío que este anciano de 83 años combate sin luz, a base de mantas de franela, botellas de plástico llenas de agua caliente y un gorro de lana. Así desde hace dos semanas, cuando la compañía eléctrica le cortó el suministro por una deuda que asciende a 1.500 euros. Deuda que este hombre solo, casi ciego y muy enfermo, desconocía tener.

«La chica que le cuidaba anteriormente le robó unos ahorros que tenía, le sacó dos tarjetas de crédito a su nombre y dejó sin pagar los recibos de luz, agua y teléfono. Fueron los trabajadores sociales del Ayuntamiento quienes se dieron cuenta de la situación y llamaron a la Policía, que acudió al domicilio para que la mujer entregara sus llaves y levantó un atestado», señala Ana Isabel Casas, quien actualmente le cuida . Cuando hace dos semanas la luz fue cortada, Casas cuenta que se puso en contacto con la compañía. «Me dijeron que la luz llevaba tiempo enganchada de manera ilegal. Por lo visto la habían cortado al dejar de pagar los recibos y la cuidadora la cogía de manera irregular». Un cúmulo de acontecimientos que hacen que ahora el anciano, que cobra 700 euros mensuales, deba 1.500 euros.

Aunque desde el Ayuntamiento aseguraron ayer que se harán cargo de esta deuda, los días pasan y el hecho es que José Tejedor sigue viviendo a oscuras, eso sí sin despegarse del mando a distancia «por si la luz vuelve en cualquier momento». Y es que la televisión era la única distracción para este anciano, que no sale nunca de casa, por vivir en un segundo sin ascensor y porque sufre problemas de coagulación, ceguera parcial y lleva una bolsa a raíz de una intervención quirúrgica. «La tele le servía para ejercitar un poco la cabeza y la verdad es que en estos 15 días le noto mucho más despistado», lamenta Casas, quien atiende a este anciano un par de horas por las tardes.

Desde que su casa está a oscuras se acuesta a las seis y media de la tarde. «Apenas tiene un 40% de visión, por lo que es impensable que encienda velas, así que lo mejor es meterle en la cama cuando anochece para que no pueda caerse. A diario le dejo un recipiente por si a media noche le dan ganas de ir al baño, que no tenga que levantarse». Y es que debido a la falta de electricidad, no funciona el sistema de teleasistencia, «por lo que si le pasa cualquier cosa, no puede dar aviso». Tampoco funciona la lavadora, así que Ana Isabel Casas se lleva a diario la ropa del anciano para lavarla en su casa.

En su cama hay cuatro mantas de franela y una colcha. Nada en comparación con estos días pasados de la ola de frío. «Entonces le tuve que poner hasta seis mantas porque el frío era insoportable y cuando llegaba a casa lo encontraba con los dedos amoratados», afirma la cuidadora.

Para combatir el frío llena botellas con agua caliente, «que le pongo entre los pies y las manos, pero prácticamente no le podemos bañar, porque la casa está helada y nos da miedo que se ponga enfermo».

Una linterna que le compró su cuidadora y un bastón le sirven para guiarse por la casa. «Menos mal que llevo muchos años viviendo aquí y me conozco cada rincón», lamenta este anciano.

Su cuidadora se queja de que a raíz de que al anciano se le cortase la luz ha estado llamando diariamente a la compañía eléctrica. «Lo único que me contestan es que hasta que no se pague el dinero que se debe no devolverán la electricidad. Las trabajadoras sociales nos dicen que los trámites pueden demorarse hasta un mes más». El anciano, que sólo tiene una hermana enferma que no reside en Alicante, adeuda también 700 euros de agua, asegura su cuidadora. «Afortunadamente, lo he podido arreglar con Aguas de Alicante para que no le corten el suministro a cambio de que cada mes le retiren una pequeña cantidad».

José Tejedor recibe de manera periódica la vista de Lidia Montero, enfermera del centro de salud de Lo Morant y miembro del colectivo Marea Blanca, quien tacha de «inaudita» la situación en la que se encuentra este anciano. «Me parece terrible que pasen los días y siga igual. Su estado de salud es muy delicado, en estas condiciones puede sufrir hipotermia y agravarse alguna de las enfermedades que padece».

El pasado mes de diciembre PSOE y PP acordaron que no se pueda cortar la luz a personas sin recursos, pero la medida no entra en vigor hasta el primer trimestre.

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