Terrible tragedia ayer en el centro de Alicante. Un matrimonio y su hija de 12 años perdieron la vida mientras dormían al caerles encima centenares de kilos de ropa ropa que almacenaban para su venta en su pequeña vivienda de la avenida de Alcoy.

Las autopsias que se les practicarán mañana en el Instituto de Medicina Legal de Alicante determinarán las causas de las muertes, si fueron por asfixia o aplastamiento, aunque todo apunta a que el hombre se quedó sin oxígeno, y probablemente también las dos mujeres, según indicaron fuentes cercanas a la investigación, de la que se ha hecho cargo la Policía Nacional.

El trágico suceso lo descubrió la hija mayor, de 18 años, sobre las 15.00 horas. Después de trasnochar navegando por internet y dormirse de madrugada, la joven se levantó y se alarmó al no ver a su familia, y al entrar a la habitación de matrimonio se encontró la estancia colapsada, con todas las cajas derrumbadas sobre la cama, sin que pudiera ver dónde estaban sus padres y hermana.

Tras alertar a las autoridades, los primeros en llegar fueron dos agentes de la Policía Nacional, que trataron de sacarlos de la habitación pero a duras penas lograron extraer a la niña, a la que intentaron reanimar sin éxito. En un primer momento pensaban que el suceso se acababa de registrar y podían estar con vida, pero las posteriores pesquisas fijan que el desmoronamiento de las cajas se habría registrado entre las 8.00 y las 9.00 horas de la mañana. Se estima que podrían haber entre una y dos toneladas de ropa. La hija de 18 años no había oído nada que resultara extraño.

Los agentes tuvieron que llamar a los bomberos para que les ayudaran a despejar la habitación para rescatarlos, y dado el serio riesgo que existía para su integridad a causas de la enorme cantidad de ropa y calzado que almacenaban.

Una dotación con seis bomberos y su mando acudió al lugar de los hechos, sobre las 15.45 horas, participando en el rescate de los cuerpos y retirando centenares de kilos de ropa que allí se acumulaban, en colaboración con la Policía Nacional. Varias patrullas de la Policía Local también se desplazaron al lugar para ayudar en la regulación del tráfico de esta importante arteria que desemboca en la Plaza de Toros. Así mismo acudieron los forenses, dos furgones del Instituto de Medicina Legal, una comisión judicial y la Policía Científica, que recabó pruebas para esclarecer los hechos.La comisión judicial ordenó el levantamiento de los cadáveres pasadas las 18.00 horas, mientras que poco después abandonó el lugar la Científica, que dejó precintada la vivienda, ubicada en un entresuelo que da a un parking interior.

Rachas de viento

Según fuentes cercanas a la investigación, la familia compraba grandes cantidades de ropa y calzado para su posterior venta, que podría tener como destino bien el mercadillo o bien Argelia y Marruecos a través del ferry. Las cajas se almacenaban por toda la casa, hasta en la galería, y llegaban hasta el techo. No se descarta incluso que las fuertes rachas de viento que se registraron en Alicante, de hasta 71 km/h en el aeropuerto, pudieran tener algo que ver en el trágico suceso. Se desconoce si podía haber alguna ventana mal cerrada o alguna corriente que favoreciera el desmoronamiento de las cajas.

La familia era de nacionalidad española y origen marroquí. El hombre tenía 50 años y la mujer 49, mientras que su hija pequeña, que estaba durmiendo con ellos, tenía 12 años.

Fuentes de la investigación aclararon que ningún miembro de la familia padecía ningún trastorno como el Síndrome de Diógenes, destacando que ni era basura ni trastos lo que almacenaban, sino que era ropa nueva o seminueva, apilada con orden, y que la casa estaba en buenas condiciones higiénicas. El problema es la gran cantidad de cajas que guardaban allí.

Las autopsias a los tres cadáveres se les practicarán mañana por la mañana en el Instituto de Medicina Legal de Alicante. La niña aparentaba estar dormida, salvo por unos restos de sangre que presentaba en la cara, por lo que no se descarta que pudiera morir por el golpe sufrido. En cambio todo apunta a que el padre sí que pudo morir asfixiado por el «rigor mortis» que presentaba. Ayer no trascendió el estado en el que se encontró a la madre.