Frente al riesgo cardiovascular, prevención y protección. La Concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Alicante ha adquirido diez nuevos desfibriladores para las instalaciones deportivas de la ciudad con el objetivo de «mejorar la seguridad de los usuarios» y dar una respuesta inmediata en el caso de que se produzca una parada cardiorrespiratoria.

El primero de los 10 nuevos desfibriladores ya se ha instalado en la piscina municipal de Vía Parque y los otros nueve comenzarán a colocarse a finales de mes en otras instalaciones deportivas de referencia y gran número de usuarios en Alicante como los pabellones Pitiu Rochel y de Babel, la Ciudad Deportiva Antonio Valls situada frente al estadio Rico Pérez, el polideportivo Juan Antonio Samaranch en San Gabriel, el estadio de atletismo y los complejos de El Cabo y La Albufereta.

Esta decena de nuevos aparatos electrónicos que restablecen el ritmo cardiaco normal a través de una descarga eléctrica de alto voltaje para detener y revertir las arritmias vienen a sumarse a los dos ya instalados en el complejo de las piscinas del Monte Tossal y la del barrio de Babel.

«El compromiso de la concejalía es que todas y cada una de las instalaciones deportivas municipales cuenten con un desfibrilador una vez que se prorroguen los presupuestos del Ayuntamiento», explicaron fuentes municipales.

El esfuerzo es considerable, toda vez que el municipio cuenta con una treintena de instalaciones entre polideportivos, pabellones, piscinas, campos de fútbol, un estadio de atletismo y una ciudad deportiva. El coste de estos desfibriladores semiautomáticos es de unos 1.000 euros la unidad.

«Estamos cumpliendo el compromiso que adquirimos de tener unas instalaciones municipales cardioprotegidas», explicó la edil de Deportes Eva Montesinos. «Los desfibriladores son fundamentales y decisivos porque pueden salvar una vida», añadió.

Formación

Con carácter previo a la instalación de los dispositivos, el Ayuntamiento ha impartido cursos de formación a unos 60 empleados municipales, entre conserjes de las instalaciones y monitores-socorristas, sobre el uso y la correcta utilización de los desfibriladores. «Es conveniente que el personal que está siempre en las instalaciones conozca cómo se emplean estos aparatos, que son básicos, nada complejos y están muy controlados», explicó Raquel Moreno, la médica de la concejalía responsable de los cursillos formativos de 16 horas, ocho presenciales y otras ocho telemáticas.

La formación ha consistido en nociones básicas de reanimación cardiopulmonar y el uso del desfibrilador. «En la práctica se trata de colocar los parches en el sitio correcto del cuerpo porque el desfibrilador lo hace todo: analiza con mínimo margen de error e indica si se debe o no pulsar el botón de la descarga eléctrica de 150 julios», explicó Moreno.

En cuanto a la regulación legal de los desfibriladores, la médica de la concejalía indicó que en este momento se guían por la legislación nacional sobre el uso de estos dispositivos en instalaciones no sanitarias porque el pasado año se derogó la ley autonómica sobre la materia, la 220/2007, y la norma se encuentra todavía en fase de nueva elaboración.