No hay nada como un testimonio directo, y para los estudiantes de Secundaria del Instituto Gran Vía resultó muy esclarecedor escuchar, ayer, la experiencia reciente de compañeros que ya han pasado por ciclos formativos e incluso por la Universidad.

El centro ha organizado esta semana las primeras Jornadas de Formación Profesional y con esta actividad ha conseguido meter el gusanillo de estos estudios entre numerosos alumnos. Escuchando a Judith o Enrique la necesidad de hacer un ciclo antes de ir a la Universidad parece incontestable.

«Yo incluso empecé Arquitectura Técnica en la Universidad, pero con la subida de las tasas llegó un momento en que no podía costeármelo, así que decidí meterme en el ciclo Superior de Edificación». Judith González, a sus 28 años, ha cursado ya también el ciclo de Obra Civil, y sólo después de este bagaje se plantea volver a la Universidad para cursar ya la carrera de Arquitectura Superior o Diseño de Interiores.

«Es que me dí cuenta de que los que llegaban de haber cursado un módulo de FP en el instituto tenían una base que nos faltaba a los demás. Lo de salir con las dos ramas, Edificación y Civil, como es mi caso, está muy bien porque la rehabilitación está en auge a nivel de empleo».

A Enrique Cabot se lo han dicho amigos suyos que también pasaron por la Universidad, «que está muy bien que haya entrado en el ciclo porque así no llego de cero a la Universidad, que hace falta una base porque si no es todo más complicado, además de que te convalidan asignaturas también».

Los dos están muy satisfechos del tiempo empleado en su formación en FP. Y así se lo hicieron llegar a sus compañeros, más jóvenes, para animarles a seguir con los estudios. «He aprendido muchísimo más en la FP que lo que estuve en la Universidad», asegura Judith. Ahora volverá al campus pero con una idea mucho más formada de lo que quiere ser y hacer. «Lo tengo claro, diseñadora. Trabajo los fines de semana en un restaurante y gracias a eso me pago los estudios, aunque de momento sigo con mis padres» explica.

Enrique no quiso estar un año parado mientras se decidía porque «no sabia qué carrera elegir», y ahora agradece haber hecho el ciclo de FP. «Está muy bien enfocado a la realidad laboral», afirma. Ahora sí irá a la Universidad «porque quiero trabajar como Ingeniero. He aprovechado muy bien estos dos años», concluye.

Explotados

Manuel Gil y Carlos Picazo quieren ser autónomos, en instalaciones de fontanería, climatización o placas solares. Manuel se fue a la obra con 16 años. Dejó los estudios porque ganaba 1.400 euros montando tuberías, pero de eso «hace ya doce años», recuerda. Últimamente se sentía explotado, muchas más horas para ganar lo mismo, así que ha vuelto a las aulas de FP.

Carlos cursó ya un ciclo pero como no encontró trabajo se ha apuntado a otro. Cuando estuvo de peón dice que «salía adelante», pero el pago ya era muy irregular, y ha decidido formarse mejor.