El temporal ha arrasado las casas de 1930 de la playa de les Deveses de Dénia, que llevaban en pie casi cien años y no han soportado la furia del temporal de este fin de semana. Las viviendas, en su mayoría, eran de pescadores de esta playa que pasaron a ser propiedad de residentes de Madrid, Valencia, El Verger o Pego. Las olas echaron abajo el muro de contención de dos metros sobre el que están estas casas y derribaron sus terrazas y fachadas. Se vinieron abajo incluso las paredes de los dormitorios que miran al mar. Los vecinos, sobrecogidos por tanta destrucción, se afanaron ayer en contratar a una cuadrilla de obreros de Pego para apuntalarlas.

La regresión de esta playa, que desde que se construyó el dique del puerto de Dénia y los espigones de les Marines ha ido perdiendo paulatinamente arena, explica, según los vecinos, este desastre. «Las olas rompían contra los tejados. Por eso, se han hundido», dijo ayer Sari, propietaria de una de las casas más antiguas. «Esta casa es centenaria. La compró mi abuelo y mi madre, que tiene 70 años, nació aquí. «Los espigones han cambiado la línea de costa y nosotros somos los perjudicados. Mi abuelo conoció les Deveses con cien metros de arena mar adentro», dijo.

María y su marido, que son de Madrid, llegaron el domingo sobre las 10 de la noche tras viajar a toda prisa al enviarles los vecinos

fotos del desastre. Durmieron en el garaje y ayer, al amanecer, se asomaron a la ya inexistente terraza. «Estamos apuntalando el porche para salvar lo que podamos. Tenemos la casa desde hace 15 años y nunca habíamos visto nada igual. Los vecinos más mayores dicen que es la peor tempestad en un siglo que ha sufrido les Deveses». En Dénia, los daños son extraordinarios. El mar se ha zampado el extenso litoral de les Marines y la playa de la Marineta Cassiana. También han sufrido daños los restaurantes de primera línea. Las zonas donde las urbanizaciones se han comido las dunas son las más dañadas. Mientras, Xàbia mantendrá en pie durante toda la semana el dique de arena que ha salvado el paseo del Arenal y los negocios de primera línea. El mar sí ha arrasado los bares del Primer Muntanyar y ha causado desperfectos en el restaurante de la ya inexistente cala del Tangó. El ayuntamiento retiró ayer las piedras que escupió el temporal y que tapizaban la carretera del Muntanyar y el paseo del puerto, donde las olas incluso arrancaron de cuajo los bancos. La playa del Moraig del Benitatxell está destrozada. El mar ha vomitado grandes pedruscos. El viento ha destrozado un chiringuito de la Cumbre del Sol.Las playas de la Fustera, en Benissa, y las de la Fossa y el Arenal, en Calp, también han quedado desfiguradas. En Calp, el mar ha roto los lavapies y ha arrastrado las casetas de los socorristas, que pesan cinco toneladas. El viento ha arramblado con más de cien señales viarias en Calp.

Por su parte, el litoral ilicitano se ha quedado casi sin arena tras el temporal. En El Altet, el agua, además de sacar más algas, como ya ocurrió en diciembre, ha rebasado la torre de vigilancia, la caseta de los socorristas e incluso los juegos infantiles, algo casi inédito, además de desmontar las sombrillas de la parada de autobús. Si en El Altet, el ancho de playa es generoso, en Arenales del Sol, con una franja algo menor, el agua ha avanzado tanto que no solo ha desplazado papeleras, sino que ha llegado a enterrar lavapiés, parte de las porterías e incluso ha alcanzado las pasarelas elevadas de madera, además de tumbar el poste del que cuelga la bandera azul y desenterrar áreas con rocas, según siempre vecinos de Arenales. En la playa de El Pinet el agua ha llegado hasta las escaleras de las viviendas de primera línea de playa y hasta algunos locales de restauración, aunque sin causar daños en estos, según afirmaba desde uno de estos establecimientos.