Numerosas personas «desafiaron» ayer las recomendaciones de los expertos en Climatología de no ir a visitar la nieve por el mal tiempo al viajar hasta el norte de la provincia para jugar o hacer muñecos en la nieve así como inmortalizar con las cámaras las estampas del temporal bajo las intensas precipitaciones y las fuertes rachas de viento.

Esta imagen se pudo ver ayer en las zonas aledañas al polideportivo Francisco Laporta de Alcoy y en el parque natural de la Font Roja. Un denso manto blanco todavía cubría ayer los terrenos situados a más de 800 metros de altura. Una cantidad suficiente para que los visitantes, sobre todo vecinos de otras poblaciones de la provincia, jugaran a tirarse bolas de nieve, a crear los tradicionales muñecos o a deslizarse con los trineos.

Asimismo, también aprovecharon el viaje al interior para inmortalizar las diferentes estampas que ha dejado el temporal de nieve. Sin embargo, a pesar de que estuvieron bajo la lluvia, este episodio meteorológico no invitó a que los turistas «invernales» permanecieran mucho tiempo en los escenarios blancos y decidieran bien regresar a sus casas o bajar al casco urbano para refugiarse y comer algo en los restaurantes alcoyanos.

Desde el pasado miércoles, la carretera de acceso al Santuario de la Virgen de los Lirios o el vial que conduce a la ermita de Sant Antoni están cortados al tráfico. Aún así, ayer también se pudo ver a conductores que hicieron caso omiso de las señales de prohibición y siguieron circulando por el vía de competencia de la Diputación. Una situación que provocó problemas y, en un momento de la mañana, se decidió cruzar una furgoneta de mantenimiento de carreteras para evitar que pasaran los automóviles.

Bien es cierto, que hubieron excursionistas más prudentes que estacionaron sus vehículos en el área cercana al cementerio y subieron andado hasta el corazón de la Font Roja para disfrutar del paisaje que ha quedado tras la tormenta de nieve, aunque contaron con la lluvia y el viento como acompañates de la ruta.

En suma, y a pesar de que la jornada fue muy complicada, muchos alicantinos no pudieron «aparcar» sus ganas de ver la nieve y se lanzaron a la aventura de desplazarse hasta el interior, ya que en otros emplazamientos cubiertos de blanco recibieron la visita de grandes y pequeños que disfrutaron de este atractivo.