? El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, se mostró ayer cauto y reservó sus críticas «hasta que no acabe» los problemas en la red ferroviaria y de carreteras debido al temporal. Puig dijo estar «preocupado» con lo sucedido y señaló que «desde el primer momento» se puso a disposición de la Delegación del Gobierno el «abanico de servicios y material» del Consell para ayudar «en la medida de lo posible». «En lo que se nos ha pedido, hemos contribuido», dijo y consideró que, «tendremos que aprender». De hecho, afirmó que habló con el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, al que planteó las causas del «desastre» de la noche del jueves.

El presidente considera que se deberá «analizar y estudiar qué ha pasado y por qué para muchas personas fue una noche muy difícil», recordando que hubo 5.000 personas bloqueadas por la falta de comunicaciones ferroviarias.