Aunque es complicado precisar datos concretos, los expertos consideran que todas estas precipitaciones caídas en forma de lluvia o nieve en la provincia estos últimos días van a poder ser aprovechadas en última instancia en torno a un 90% de cara a los cultivos y también para el consumo humano.

Desde el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina considera que en una situación como ésta se aprovecha prácticamente casi la totalidad del agua precipitada. «Otra cosa son las gotas frías otoñales, donde apenas se puede aprovechar el 50% aproximadamente. Lo demás se va al mar», expone, al tiempo que matiza que es complicado precisar más, porque hay que contar con la que se infiltra en los acuíferos.

Precisamente, la recarga de los acuíferos es lo que destaca el catedrático, exdirector del Instituto de Geografía y exrector de la Universidad de Alicante, Antonio Gil-Olcina: «Ha sido una lluvia generosa. Una parte se infiltra y se recargan los acuíferos, sobre todo en la Marina Baixa». El experto advierte que las recientes precipitaciones han sido un «episodio coyuntural» que no acaba con el «problema estructural que tenemos», refiriéndose al déficit histórico de agua en la provincia. A su juicio, los embalses de Guadalest y Amadorio han sido los más beneficiados. En la provincia se calcula, según datos de la Diputación, que hay unos 200 acuíferos, de los cuales se puede decir que hay una treintena importantes, como el de, por citar algunos, Villena-Beneixama (donde al año se pueden extraer un máximo de 68,4 hectómetros cúbicos), Sierra de Castellar (27,5) o Cid (11,6), según indica Ángel Urbina, presidente del Cuarto Canal de Levante y Séptima Elevación de la Peña, quien lamenta que, por ejemplo, el primero de todos lleve 30 años declarado sobreexplotado, conectando así con el debate en torno a la falta de recursos hídricos que padece esta provincia. «En vez de solucionar el problema del Júcar-Vinalopó las administraciones están en diálogos bizantinos», inserta Urbina.

Principalmente, la provincia bebe del acuífero de Villena, de los Canales del Taibilla (Tajo-Segura) y del Júcar-Vinalopó, precisamente para frenar la sobreexplotación de los acuíferos, aclara Urbina, quien añade que cerca del 50% del agua de los acuíferos se destina a riego y a consumo urbano.

El caso es que aunque dé la sensación de que en la provincia ha caído mucha agua y nieve, lo cierto es que los regantes entienden que no es así. Javier Berenguer, presidente de Riegos de Levante, entidad que representa a 20.000 comuneros de 17 localidades, desde Mutxamel hasta Orihuela, considera que serían necesarios otros dos trasvases de 20 hectómetros cúbicos (como el autorizado el jueves por el Ministerio de Agricultura) , además de considerar que parte de la lluvia está cayendo donde no hay capacidad para almacenarla.

Con margen por delante

Eladio Aniorte, presidente del sindicato agrario Asaja, también es de la opinión de que los embalses de la provincia están recogiendo agua pero, ni de lejos, de manera desaforada. En este sentido, del miércoles al viernes, los cinco embalses más importantes de la provincia han sumado, de media, menos de un hectómetro de agua cada uno.

El que más cerca está de su capacidad máxima es el de Beniarrés con 21 de los 27 hm3 posibles, es decir, lleno al 77,7%. Le sigue el de Guadalest, con 6,49 de los 13 hm3 de capacidad (46,15%). El de La Pedrera está al 35% (con 86 de los 246 hm3 de tope) y el de Amadorio al 31,25% (5,6 de 16 hm3). Por último, el de Crevillent se encuentra al 30,7% (4 sobre 13 hm3 de capacidad máxima). Falta por ver el efecto total del deshielo de la nieve.