El sector turístico de la Costa Blanca arrancó ayer una nueva edición de Fitur consciente de que va a ser difícil repetir los números con los que acabó 2016, el mejor año de la historia con unos diez millones de turistas, más de la mitad extranjeros, que dejaron cifras de récord, como los más de doce millones de pasajeros en el aeropuerto provincial o los 6.000 millones de facturación. El turismo prestado de Turquía y Túnez fue clave, como lo fue la recuperación parcial del turismo nacional, que es el gran reto para este año y con el que se empieza a trabajar ya desde Fitur. El contexto social internacional sigue siendo favorable hacia la Costa Blanca pero los empresarios consultados ayer en los pasillos de la feria de Madrid alertaron de un nuevo «factor» que puede ensombrecer el panorama este año. La presión tributaria a la que estarán sometidas las empresas turísticas y que va a experimentar, por lo que se viene trasladando desde el Gobierno, un notable incremento durante 2017.

Salvada para este año la aplicación de una tasa turística (opción por la que sigue apostando la Conselleria de Hacienda para 2018), los empresarios temen que se pongan en marcha otros tributos y subidas de costes que pueden afectar negativamente al siempre complicado equilibro calidad/precio. A esto se une el alza del precio del petróleo y los efectos del «Brexit», que parece que a lo largo de 2017 puede comenzar a afectar a los bolsillos de los turistas británicos. En diciembre volvieron a subir los precios en Gran Bretaña, entre ellos las tarifas para los vuelos al aeropuerto de Alicante-Elche.

No obstante y pese la incertidumbre que generan estos factores externos, Fitur ha arrancado con optimismo, como reflejaba ayer el presidente de la patronal Hosbec, Toni Mayor. «Muy mal tienen que darse las cosas para que no repitamos, como mínimo, los resultados del año pasado. De momento, el Brexit no se ha notado y 2017 parece salvado. Cierto que el petróleo sube pero las compañías aéreas compran con mucha antelación. El único pero ahora mismo es el turismo español, que se está yendo al llamado alojamiento colaborativo y eso lastra resultados pero el mensaje ahora mismo es optimista», dijo.

«No podemos bajar la guardia porque cada día el mercado es más exigente y, pese a que nuestros costes aumenten si mantenemos precios y, sobre todo, la calidad y el buen servicio, creo que el año puede ser tan bueno como 2016. Afortunadamente, si no vienen unos turistas, vendrán otros», subraya José María Caballé, presidente de la cadena Servigroup, principal grupo hotelero de la Comunidad Valenciana. El empresario benidormí lo tiene claro. «España es un destino refugio ante la ola de inseguridad que sacude Europa y el norte de África. Debemos seguir así».

No obstante, según el «lobby» empresarial Exceltur, los factores que desataron la tormenta perfecta en favor de la demanda turística de 2016, se suavizarán en 2017. En ello influye que la eventual cuota de demanda adicional que pudiera redirigirse de nuevo a España, se reducirá sustancialmente tras el ya notable trasvase de 2016, junto a un precio del petróleo y tipos de interés con tendencia al alza, y un consumo español y británico que apuntan a la desaceleración, con el riesgo añadido del «Brexit», según apunta en Madrid el lobby Exceltur.