La seña de identidad de la ciudad para los alicantinos es la Explanada, el famoso paseo de medio kilómetro frente al puerto que se construyó a mediados del siglo XX. Está compuesto por seis millones y medio de teselas que dibujan un mosaico ondulado de colores rojo, azul y blanco, los colores de Alicante. Los conciertos de la Concha, los puestos de artesanía y los bares y restaurantes hacen de esta zona una de las más transitadas.