El primer cambio de calles les cogió por sorpresa. Así que comerciantes y vecinos del centro se mostraban ayer encantados de que las calles vuelvan a lucir en breve sus antiguos nombres. En las tiendas de la calle Catedrático Ferrándiz Casares (antigua César Elguezábal), muchos propietarios incluso respiraban ayer aliviados. «El Ayuntamiento no nos avisó de que iba a cambiar los nombres de las calles, así que yo ya había encargado bolsas de publicidad, tarjetas y catálogos con la anterior nombre de la calle», lamenta Patricia Verdú, propietaria de una tienda de ropa infantil. Un desembolso que, según calcula, asciende a 2.500 euros. «Por lo menos podré seguir utilizando todo este material durante un tiempo hasta que se decida finalmente qué pasa con las calles».

En otra tienda cercana Esther Walls y Sara Montes también aplaudían la decisión judicial. «El otro día una clienta nos dijo que había estado una hora buscando la tienda». Para María José Reinoso el cambio en los nombres de las calles ha sido la puntilla «a un año muy malo, así que lo mínimo que podían haber hecho es avisarnos».

Donde el cambio de rótulos había supuesto un verdadero quebradero de cabeza es en las farmacias. «Estamos obligados por Sanidad a que cada receta lleve la dirección, así que debíamos cambiar sellos, hablar con distribuidores, ir a la inspección de farmacia, al margen de las bolsas o las tarjetas con las antiguas direcciones que ya habíamos adquirido», señala Ana Médico, farmacéutica en Calvo Sotelo. También en esta plaza se enteraron de la noche a la mañana del cambio de nombre. «Un día vimos a dos policías que estaban vigilando al operario que estaba cambiando las placas y así fue como nos dimos cuenta».

Algunos vecinos de la plaza Puerta de San Francisco tampoco ocultaban ayer su satisfacción por recuperar el nombre de Calvo Sotelo.

«Somos de Valladolid, tenemos un piso en esta plaza y nos enteramos hace poco cuando vinimos a Alicante», señala Nicolás García, historiador de profesión, quien además tiene su opinión sobre el caso particular de Calvo Sotelo. «No fue un fascista, sino un demócrata de derechas asesinado por la izquierda, por lo que no veo motivo para quitarle la calle». Con todo, para este vecino, «lo que el Ayuntamiento no puede hacer es molestar a los comerciantes ni a los residentes». Además, añade, «la plaza Puerta de San Francisco se confunde con la cercana calle de San Francisco, por lo que incita a la confusión».

Por su parte, Carmen, otra vecina de la plaza, cree que «el Ayuntamiento debería ocuparse de cosas más importantes».

El Ayuntamiento ya había notificado, según consta en el auto del juzgado, el cambio de calles a empresas como Aguas de Alicante, Iberdrola, Teletaxi, Correos, el Instituto Nacional de Estadística o Vectalia.