A sus 23 años Jenny Galán nunca ha podido ir a la feria de Navidad. Lo intentó un año, pero fue imposible.

Desde pequeña esta joven utiliza silla de ruedas, con la que no puede moverse por el recinto ferial debido a la gravilla del suelo. «La silla resbala con las piedras y es imposible avanzar», lamenta esta joven. No es la única barrera ni la mayor que se encuentran las personas con movilidad reducida que quieren disfrutar de la feria. De hecho, ninguna atracción está preparada para que puedan subir. «Soy consciente de esa limitación, pero al menos pido poder ir a la feria con mi hermana pequeña y con mi madre, aunque luego no me pueda montar en nada, pero al menos disfruto del ambiente», lamenta esta joven.

Días atrás Jenny Galán estalló y decidió mostrar su enfado en las redes sociales. Su mensaje se convirtió rápidamente en viral. «Más de 50.000 personas lo vieron, 880 lo compartieron y muchas personas me mandaron un montón de mensajes de apoyo a través de esta red social».

Miembros de la plataforma Alicante Accesible registraron ayer una queja en el Ayuntamiento de Alicante para que se ponga una solución a este problema de cara al año que viene. «Es algo que no sólo afecta a las personas con movilidad reducida, también a quienes van a la feria con carritos de bebé y tienen grandes dificultades para moverse por el suelo de gravilla», señala Llanos Rodríguez, miembro de esta plataforma.

Las sillas eléctricas sufren el mismo problema. «Yo utilizo silla con motor y las ruedas patinan con las piedras por lo que es imposible avanzar».

Varios miembros de la plataforma realizaron ayer por la mañana un recorrido por el recinto ferial y detectaron más problemas, aparte de las piedras del suelo. «En las aceras no hay ni una sola rampa para que accedan las sillas de ruedas, lo que nos obliga a bajar por los vados de los coches», sostiene Rodríguez. Lo más curioso, a su juicio, es que el parking anexo a la feria «está perfectamente asfaltado, digo yo que no costaría nada hacer lo mismo con la zona de las atracciones para que pueda acceder todo el mundo», lamenta Rodríguez.

Para Alicante Accesible, las barreras son frecuentes cuando se trata de instalaciones o dispositivos temporales en la ciudad y ponen como ejemplo el caso de la romería de la Santa Faz. «Todos los años instalan aseos portátiles, pero nunca tienen en cuenta que éstos sean adaptados a las personas que van en silla de ruedas, por lo que siempre nos vemos obligados a pedir permiso para entrar en los aseos de los bares», explica Llanos Rodríguez.