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Montoro obliga a cerrar el trasvase del Júcar

Montoro veta la tarifa política de 0,18 euros/m3 que se pactó hace un año con los regantes de la provincia, al no haberse suscrito el convenio de explotación de una infraestructura clave para regar el Vinalopó y l´Alacantí

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, posa ayer junto a la consellera de Agricultura, Elena Cebrián, y parte de su equipo con la permanente de la Federaciòn de Comunidades de Regantes

­El Ministerio de Agricultura ha cortado el suministro de agua a la provincia de Alicante a través del trasvase Júcar-Vinalopó, al haberse cumplido un año sin que la transferencia tenga un soporte legal (convenio entre el Gobierno y los regantes) y se hayan agotado los permisos temporales que se venían dando y que acabaron el pasado mes de octubre. Desde entonces ya no llega ni una sóla gota de agua desde Cullera porque el Ministerio se niega, tras recibir una advertencia de Hacienda, a seguir manteniendo el precio político de 0,18 euros/m3 que pactó con los agricultores en diciembre de 2015.

Las lluvias de diciembre han amortiguado la delicada situación pero el tema empieza a ser grave tras comprobarse, además, que los acuíferos del Alto Vinalopó acabaron el año con el agua a 300 metros de profundidad, al bajar otros 8 metros el nivel del agua.

Un nuevo desencuentro entre el Gobierno y la Junta Central de Usuarios que se queda ahora hasta sin el agua del polémico Azud de la Marquesa en medio de otra batalla, esta vez con el Consell, por la titularidad del embalse del Toscar, uno de los reguladores del agua. Ayer, el presidente de la Junta Central de Usuarios, Andrés Martínez, denunció ante Puig la «le persecución que sufrimos de la Dirección General del Agua en el tema del embalse del Toscar».

La ministra de Agricultura, Isabel García-Tejerina, consiguió en diciembre de 2015 que la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó aceptara que el trasvase arrancara en Cullera con el compromiso de recibir todos los años 50 hm3 de agua para riego del Azud de la Marquesa y otros 30 hm3 de agua de calidad del Júcar, pero sin especificar el origen ni la fecha en que se producirá la transferencia. El agua que llegó hasta el pasado noviembre sólo servía para regar ciertos cultivos.

El acuerdo, aceptado por los regantes, acuciados por la sequía, significó un nuevo varapalo para la provincia de Alicante, la misma que el pasado otoño volvió a ver cómo la Confederación del Júcar desembalsaba agua de calidad de los embalses al mar al mar, sin que se desbloqueara la llegada de caudales potables al Vinalopó, l´Alacantí y la Marina Baixa. Esas dos últimas comarcas están ya prácticamente adscritas a la desaladora de Mutxamel.

El acercamiento de diciembre de 2015 debía plasmarse en un convenio regulador, pero doce meses después no se ha plasmado negro sobre blanco y el Gobierno ha cerrado el grifo a las autorizaciones temporales. Los regantes del Vinalopó, l´Alacantí y la Marina Baixa aceptaron recibir a partir de 2018 un trasvase anual de 50 hm3 para regadío (15 hm3 en 2016) desde el Azud de la Marquesa, toma del agua donde los propios informes del Ministerio de Agricultura detectan varios meses al año la presencia de restos de insecticidas. Un azud que nunca se construyó para fines agrícolas sino para mover un molino, y que ha sido sistemáticamente rechazado por la Junta Central de Usuarios desde 2005, cuando el gobierno socialista cambió la toma. El PP certificó lo hecho por los socialistas con el visto bueno de los regantes.

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