La bajas temperaturas y la mayor concentración de gente en estas fechas marcadas por las reuniones familiares están actuando como caldo de cultivo para que la gripe haya comenzado su escalada en la Comunidad Valenciana. Según los datos facilitados ayer por la Conselleria de Sanidad en estos momentos la incidencia de la enfermedad es de 50 casos por 100.000 habitantes, casi el doble que los de la semana anterior, cuando se registraron 26,4 casos. Sanidad califica la situación de «normal», ya que la enfermedad aún no ha llegado al nivel de epidemia (80 casos por 100.000 habitantes).

«La temperatura ha caído de forma muy brusca, sobre todo a primera hora de la mañana y a última de la tarde, lo que hace que la gente salga menos a la calle», señala Aurelio Duque, presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria. Esto, sumado a que en Navidad se repiten las reuniones familiares, «está haciendo que el virus se propague con mayor facilidad».

En hospitales como el de Sant Joan ya se habían registrado varios ingresos en la Unidad de Cuidados Intensivos de pacientes aquejados por la enfermedad. Los médicos de familia esperan que en dos semanas la propagación de la gripe alcance su pico máximo. De esta forma, se adelantaría notablemente al año anterior, cuando el mayor número de casos -300 por 100.000 habitantes- se dio a mediados del mes de marzo. A preguntas de este diario por el refuerzo que se está llevando a cabo en los servicios de urgencias para afrontar la epidemia, desde Sanidad señalan que «a medida que se amplíe la demanda se irán ampliando los servicios». En todos los departamentos de salud, añaden, «el sistema sanitario está preparado para atender la epidemia de gripe durante los próximos meses, adecuándose a las necesidades asistenciales».