Cabrito asado o al horno. La jugosa carne de la cría de la cabra de hasta cuatro meses de edad es esta vez la protagonista de los platos principales de la celebración de la Nochevieja y el Año Nuevo en las mesas de los alicantinos. El cabrito ha sido el rey de estas fiestas en los mercados municipales, duplicándose sus ventas con respecto a lo más severo de la recesión. Un ejemplo: los más de 800 ejemplares vendidos en un único puesto del Mercado Central de Alicante, el doble que hace unos pocos años, en un recinto que bullía de actividad durante los últimos días de 2016, con colas en la mayoría de los puestos. Lo mismo que en los otros mercados municipales de la ciudad, Carolinas, Babel y Benalúa, cuyos comerciantes han vivido la mejor Navidad de los últimos años. «Han sido días muy buenos. Esperamos un incremento medio de ventas del 5% al 7%», afirma el presidente de la Asociación de Concesionarios de los Mercados Municipales, Domingo Martínez.

Hace un lustro, en el puesto Valenzuela Bay de la segunda planta del Mercado Central de Alicante, la de las carnes, «mi madre vendía 300 ó 400 cabritos esta época como mucho. En la crisis triunfaron el pollo y el pavo relleno, que daban cierto empaque a la Nochebuena y a la Navidad. Ahora sin embargo, cada vez nos piden menos, lo mismo que ocurre con el redondo», explica José Valenzuela. «A todos los compañeros de la carne nos ha ido bien. Están contentos. A la gente no le ha dolido el bolsillo. Aunque pregunten precios no regatean tanto. Hemos vendido un 20% más», afirman los placeros.

Con un cabrito por 60 euros pueden cenar hasta ocho personas. Y si son menos, lo que sobra para la comida de Año Nuevo. Estos últimos días del año rondaba los 16 euros el kilo. El cordero lechal y el cochinillo completan estas fiestas el podio de las carnes, y muy lejos queda el conejo que triunfó en la crisis. «Este año ni se ha tocado. La semana de Navidad vendimos cinco. Se ha encarecido mucho».

Los que prefieren el pescado y el marisco fresco aguantaron las compras hasta pocas horas antes de la Nochevieja, ya que los recintos abrieron por la mañana. Quisquillas, nécoras, patas de cangrejo «a 49 euros el kilo y muy buenas», y sobre todo las cigalas y las gambas rojas han sido las triunfadoras. Estas últimas estaban a 49 euros el kilo las de Huelva y a 88 euros las pescadas en la bahía de Santa Pola, «aunque las he puesto a 68 euros para mejorar el día», explicaban desde el puesto Nuevo Tere y Miguel.

También de la bahía, pero de Villajoyosa, procede la gamba roja de Miguel Portero, un puesto que las vendía a 98 euros el kilo, por 78 euros las cigalas. «Está más barato que el año pasado, cuando la gamba roja costaba 128 euros el kilo pero la gente sigue mirando precios», explicaron las vendedoras, que intentaban atraer al público con gorritos navideños. «A veces no nos dicen ni hola», se lamentaban sobre algunos clientes mientras los anteriores placeros apuntaban que «no ha estado mal pero dicen que la crisis se ha acabado y parece que del todo, no». En otro puesto vecino de pescado, la gamba gorda de bahía llegaba a 140 euros el kilo, la cigala a 78 euros, los langostinos a 68 euros, los bueyes a 16,80 kilo y las centollas gallegas a 12 euros.

Luego está el congelado. De Alaska llega la pata de cangrejo cocida gigante que le quitaban de las manos, igual que los décimos que tenía expuestos para El Niño, a Domingo Martínez. Las clientas le pedían recetas y consejos para cocinarlo y que sea más sabroso: salsas, purés, tomates cherry...«El trato al producto nos interesa y que la preparación luego sea exitosa. Es nuestra mejor publicidad e imagen, nuestra carta de presentación». También la gamba roja ha sido producto estrella del congelado, con precios entre 18 euros el kilo, 46 euros y 73 euros «la más gorda».

La cola de gamba para cóctel se ha buscado mucho, al ser económica, a 25 euros el kilo, así como el calamar. Y en cuanto al pescado, el salmón, la merluza, y la lubina y la dorada. «Son mucho más baratas que el besugo y la calidad es similar. Por 30 euros comen cuatro personas frente a los 80 euros que cuesta el besugo del norte», comenta Evaristo López. En su caso, ha notado que para Nochebuena se planifican más las cenas «para Nochevieja la gente es más compulsiva, pide y no mira tanto los precios».