Es la madre de todas las cestas, el Gordo de todos los Gordos. Y le ha tocado a un joven que reside en Alicante. Carlos Brusca ha ganado la cesta más grande de todas las que se sortean a lo largo y ancho de toda España. Un Jaguar, un Mini, un crucero, un viaje a Disney, lingotes de oro, jamones... Nada menos que 450.000 euros en todo tipo de artículos de lujo. La cesta la sorteaba un restaurante de Calamocha, en Teruel, que se ha hecho ya famoso a nivel nacional gracias a semejante premio, cuya cuantía supera a la del primer premio del sorteo de Lotería de Navidad.

Con apenas 20 años -los cumple el día de Nochebuena-, Brusca es un asiduo a este sorteo. «Mis padres son de Calamocha y siempre compramos participaciones, es ya una tradición». Sin embargo, este año parece que tenía una premonición. «Mi abuelo sólo había comprado un boleto para toda la familia, pero yo le insistí a mis padres que compráramos más, así que una mañana fui a las 8 con mi padre, porque más tarde es imposible de las colas que hay, y compramos más participaciones».

La suerte le sonrió el día del Sorteo de Navidad, mientras él estaba en clase, en la Universidad Politécnica de Alcoy, donde estudia Ingeniería Mecánica. «Sabía que mi número empezaba por 6 y acababa en 13, pero desconocía los número del centro. Mis padres no estaban en casa y mi hermano estaba en clase, así que nadie podía mirar la papeleta. Le escribí un mensaje a mi hermano y cuando volvió a casa me mandó una foto. No me lo podía creer». Brusca ya sabe qué hacer con todos los premios de la cesta. «El Jaguar lo venderé porque es demasiado coche y prefiero seguir con el que tengo, pero el Mini se lo daré a mi madre y todos los jamones y comida de la cesta los repartiré entre la familia y los amigos». El sorteo también incluye un crucero por el Caribe, que piensa hacer con su novia. Y una de las cosas que más le ha gustado es la casa en Candanchú, «porque me encanta esquiar y, además, la cesta incluye unos esquís, así que perfecto».

Aunque es originaria de Calamocha, la familia de Brusca reside desde hace diez años en Alicante. Su padre trabaja en una caja de ahorros y su madre es ama de casa. «Afortunadamente el dinero no falta en casa, pero tampoco sobra, así que este premio viene muy bien». Acudieron al restaurante para recoger la cesta, aunque cómo hacerlo era una incógnita. «No sabemos si ellos pondrán un camión para llevar todas las cosas o lo tendremos que fletar nosotros».

El restaurante de Calamocha que cada Navidad sortea la monumental cesta puso a la venta 100.000 papeletas a razón de 9 euros cada una de ellas. Todas se agotaron días antes del sorteo con interminables colas de personas a las puertas del establecimiento para hacerse con boletos.