El estudio presentado ayer revela que el principal motivo que lleva a los jóvenes a jugar es el financiero, es decir, ganar dinero. El segundo motivo es el placer, «el juego es excitante, hace sentir bien o simplemente es divertido», señala su autor, Daniel Lloret, profesor en la UMH.

Entre las motivaciones también hay una social, porque es lo que hace la mayoría de amigos, y por último afrontamiento, «jugar sirve para olvidar problemas». Existe una diferencia notable en cuanto a sexos, 46% de chicos juegan frente al 18,7% de chicas. Por edades se constata, explicó ayer Lloret, un incremento progresivo de juego de apuestas hasta los 16 años. A los 17 es destacable el significativo aumento de la alta frecuencia de juego.

La facilidad de acceder al juego, la percepción del entorno y la alta visibilidad mediática son factores que influyen en su práctica, como señaló ayer el autor de este estudio pionero.