Sin acuerdo entre las partes. Así acabó ayer el acto de conciliación previsto entre el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, y la tuitera que le acusó a través de las redes sociales de llevar a sus hijos al colegio en coche oficial. El dirigente socialista, que no acudió al juzgado de primera instancia número 9, ubicado en la avenida Catedrático Soler, pero que estuvo representado por su abogada, reclamó a la tuitera 30.000 euros de indemnización, que reconociera que las acusaciones eran falsas y que las había realizado para dañar su honor y el de sus hijos, que admitiera que en ningún momento había visto a los menores subidos al coche oficial y, por último, que ella era la autora de los polémicos mensajes de una conversación a dos bandas que suscitó casi una treintena de tuits. La tuitera alicantina, acompañada a su vez por su letrado, no aceptó lo que le reclamó el regidor socialista para dar carpetazo al asunto, por lo que el acto de conciliación quedó en nada, sin acuerdo entre las dos partes.

Superada sin éxito la fecha de ayer, ahora le toca mover ficha al alcalde de Alicante, que podría presentar una querella por difamaciones, una demanda por vulneración del derecho al honor o, también, dejar pasar el asunto y darlo definitivamente por finiquitado pese a que la tuitera no haya dado marcha atrás en las acusiones vertidas a través de las redes sociales. Fuentes del entorno de Echávarri aseguraron ayer que él prefiere «no hablar del tema» y darlo, desde un punto de vista mediático, por «zanjado», ya que afecta «a su vida privada». Las mismas fuentes dejaron abierta la posibilidad de que el dirigente socialista siga adelante por ser un asunto que afecta a «dos menores». Echávarri, que ayer suspendió la agenda pública por una «enfermedad leve», no tenía previsto asistir de todas formas al acto de conciliación convocado a las 10 horas en Alicante.

La polémica que ha derivado en los tribunales surgió el pasado 7 de septiembre, cuando una tuitera acusó en redes sociales al alcalde de Alicante de usar el coche oficial para llevar a sus hijos al colegio, ubicado en el término municipal de El Campello. «¿Por qué tenemos que consentir que el alcalde lleve al cole a sus hijos en coche oficial? Esto es una vergüenza». Éste fue el mensaje que detonó un intenso cruce de tuits que cerró Echávarri: «Ya lo explica en el juzgado». Entre un mensaje y el otro, casi una treintena de frases en el que la tuitera aseguró ver «con sus propios ojos» al alcalde llevar a sus hijos en coche oficial al colegio. Sin embargo, Echávarri se mostró firme en su versión: negó las acusaciones y explicó que tuvo que solicitar la presencia del vehículo municipal en el centro educativo porque, por motivos personales, no le daba tiempo a llegar a una reunión convocada en el Ayuntamiento. «Nunca he llevado a mis hijos al colegio en coche oficial, nunca. Vamos en el coche de mi mujer», aseguró en su día el regidor socialista, quien subrayó que suele acudir a su despacho en Alcaldía en su coche particular o en el de su mujer. «Todos [en alusión al resto de grupos políticos] lo saben», prosiguió el alcalde horas después de que se enzarzara en las redes sociales con la tuitera que ayer no aceptó las peticiones expuestas por la abogada del alcalde para dar por cerrado el caso.

Esta polémica surgió en septiembre, poco después de que Echávarri se enredase en Twitter por otros asuntos tan variados como el fútbol, la gestión de la libertad comercial o la limpieza de la ciudad. En las últimas semanas, sin embargo, Echávarri ha bajado su nivel de crispación en las redes sociales, dentro de ese intento de cambiar el fondo y también las formas de su discurso, dándole una cobertura más institucional.