La gastronomía se reinventa en Alicante, una ciudad que vive desde hace unos años sumida en una escalada gastronómica que la ha posicionado a nivel nacional e internaacional por su calidad, reconocida con 10 prestigiosas estrellas Michelin.

En medio de la apertura desenfrenada de bares y restaurantes, destacan jóvenes empresarios que están apostando por darle una vuelta de tuerca al sector, trayendo a la ciudad ideas que han triunfado en otras grandes urbes, como Madrid, Barcelona o Londres.

Marina Martínez es una de ellas. Periodista de profesión y amante de la cocina, decidió aunar ambas facetas, primero creando una web para divulgar iniciativas originales de los restaurantes de Alicante y desde mayo con la apertura de un original negocio, a medio camino entre un restaurante y una escuela de cocina.

La idea fundamental, importada de Barcelona, es hacer talleres gaastronómicos, en pequeños grupos, y después enlazar con una cena en la que se degusta todo lo que se ha cocinado durante el curso. Para ello Marina Martínez decidió abrir su negocio en una casa singular, ubicada en pleno casco antiguo y con una cuidada decoración. «La idea es atraer a gente que quiera salir de la rutina, que busque algo diferente a ir a cenar a un restaurante normal», señala la empresaria. En estos talleres, abiertos a un máximo de 10 personas, «se mezcla gente distinta, pero con el denominador común de su pasión por la gastronomía y de aquí han llegado a surgir verdaderos grupos de amigos».

Cocina árabe, cocina exótica, sushi, cocina tradicional, callejera... en los fogones de este negocio se elaboran todo tipo de platos en un ambiente muy distendido. «No queríamos que fuera un curso de cocina tradicional, en el que haya que calentarse mucho la cabeza y tomar apuntes porque pensamos que la gente en su tiempo libre quiere desconectar y divertirse». Por eso los talleres se hacen en fin de semana y con un planteamiento de divertirse y pasar un buen rato, aprendiendo cocina mientras te tomas, por ejemplo, una copa de vino.

Para impartir estos talleres, Martínez cuenta con la colaboración de la profesora de cocina Noelia Esteve, y también invita a cocineros de diferentes restaurantes de la ciudad para que muestren sus recetas preferidas o hagan degustación de productos.

Martínez complementa estos talleres alquilando el espacio para hacer cenas o comidas privadas en los que ella sirve el catering y también arrendando la casa entera a una familia, a la que además ofrece talleres de cocina, por ejemplo, española cuando se trata de una familia extranjera.

A sus 28 años, esta empresaria asegura que el camino recorrido hasta ahora ha sido sencillo, «porque la cocina es algo que me apasiona». Si bien en un inicio tuvo que lidiar con las reticencias de gente de su entorno. «Me decían que en Alicante no había público para un negocio así». Pero en su opinión, los alicantinos «están deseando que haya propuestas de este tipo. El fallo es pensar que por ser una ciudad pequeña no nos merecemos este tipo de iniciativas».