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El aeropuerto exige a la empresa constructora el millón de euros que cuesta reparar las goteras

Los defectos en la cubierta, donde no hay bóvedas, se detectaron en el otoño de 2012, recién inaugurada la nueva terminal

Aena exige a la constructora que pague el arreglo de las goteras

Aena ha comenzado este mes, coincidiendo con el inicio del periodo del año en que se reduce el movimiento de pasajeros, los trabajos para reparar la cubierta del aeropuerto de Alicante-Elche y acabar, definitivamente, con el problema de las filtraciones de agua que se vienen produciendo cuando llueve desde que en octubre de 2012, solo año y medio después de la inauguración de la nueva terminal, se detectaron las goteras. Aena ha puesto en manos de sus servicios jurídicos el proyecto para que éste sea sufragado por la empres que construyó la cubierta, a la que se considera responsable por la, en teoría, deficiente ejecución de esa parte de la obra en la terminal.

Los trabajos los ejecuta la empresa catalana Acsa (se le adjudicaron en la primavera de 2015) y se van a desarrollar hasta el próximo verano sin afectar al tráfico ni molestar a los pasajeros. Tienen un coste de 940.000 euros y se centran el reparar las zonas de la cubierta donde no hay bóvedas, ya que esta zona no está afectada.

De momento, la reparación pasa completamente desapercibida para los usuarios y solo se descubre al mirar hacia arriba y ver las mallas que se han colocado para evitar que algún material caiga sobre la terminal en la parte frente a las pistas. Ni ruidos, ni siquiera operarios a la vista de los turistas que van a embarcar en sus vuelos.

La reforma de las cuatro cubiertas principales de la terminal se realiza para solucionar un problema que se detectó en 2012, al año de inaugurarse el nuevo edificio, pero que no ha podido solventarse: las filtraciones de agua que se producen en el interior del aeropuerto en los días de lluvias. Lo que en un primer día se creyó que era un tema menor se ha terminado desmesurando y ha obligado, previo informe, a planificar una actuación integral en un edificio que costó 267 millones de euros y el pasado 24 de marzo celebró su quinto aniversario. En 2107, el aeropuerto celebrará, además, sus bodas de oro. El plazo de ejecución es de nueve meses, y Aena asegura que la reparación de las cubiertas no afectará al tráfico aéreo en Alicante. El gabinete jurídico de la compañía que cotiza en Bolsa estudia repercutir el coste de la reparación en las empresas que construyeron la terminal si se determina que son responsable de la chapuza.

Las cubiertas del aeropuerto acogen, además, un conjunto de 40 cúpulas en cuya cúspide se colocó un lucernario de 6 metros de diámetro, remate que tiene la doble función de aportar luz natural y permitir la evacuación de humos en caso de incendio al contar con un sistema de apertura automática. Otro elemento singular de la nueva terminal fue el muro cortina acristalado de 30.000 m2 que constituye el cerramiento exterior del edificio y permite a los pasajeros disfrutar de vistas al mar, a la pista y el estacionamiento de los aviones. De momento, sólo se han detectado filtraciones en las cubiertas.

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