Vecinos de la pedanía de Tángel, donde se ubica el Arca de Noé, rechazan los planes de Guanyar de cerrar este centro de recuperación de especies exóticas y salvajes para ubicar en esos terrenos la perrera municipal, que ahora se ubica en un recinto del Bacarot. «Estamos dispuestos a protestar donde haga falta porque hace muchos años ya tuvimos aquí la perrera y era insoportable por los ladridos constantes», aseguró uno de los vecinos, Manuel Martínez, en representación de una decena de familias de la pedanía.

Hoy está previsto que el tripartito, en una Junta de Gobierno Local extraordinaria, decida si, como quiere Guanyar, se cierra el Arca de Noé para trasladar allí el albergue municipal de animales cuando finalice en julio el contrato que el Ayuntamiento tiene con la protectora de animales en el Bacarot. El PSOE se opone al cierre del Arca de Noé y defiende que se le prorrogue el contrato tres años más. El voto de Compromís, cuyo portavoz municipal, Natxo Bellido, no ha querido avanzar, será decisivo. Desde Compromís han venido mostrando hasta ahora su intención de llegar a un acuerdo intermedio con sus socios.

Para los vecinos de Tángel la posibilidad de cerrar el Arca de Noé y trasladar allí el albergue municipal de animales, como plantea Guanyar, les generará muchos problemas. «El Arca de Noé no nos molesta, porque sólo oímos puntualmente cuando ruge un león o cuando un burro rebuzna, pero si nos traen la perrera habrá ladridos todo el día. Ya lo vivimos hace años», subraya este vecino, quien asegura que «protestaremos donde haga falta».