«Es un fracaso del tripartito, sin culpables, un fracaso de todos», admitió ayer el alcalde, Gabriel Echávarri, en referencia a los 18 meses que el equipo de gobierno lleva pagando a Enrique Ortiz fuera la limpieza de colegios y dependencias municipales. El contrato caducó en junio de 2015 y un año y medio después el tripartito sigue sin adjudicar de nuevo la contrata, lo que obliga a aprobar pagos mensuales de 746.000 euros a Ortiz fuera de contrato.

Aunque el equipo de gobierno inició en octubre (con el acuerdo de PSOE y Compromís y la posición contraria de Guanyar) un proceso de licitación para contratar de nuevo el servicio por 9,2 millones de euros al año, los socios del tripartito decidieron el lunes anular el procedimiento. La decisión se produjo por la vía de urgencia y en el último día para que las empresas aspirantes presentaran sus ofertas. Llegó tras las tensas negociaciones con los trabajadores de la concesionaria, que la semana pasada llegaron a poner sobre la mesa una amenza de huelga.

Los empleados de la empresa de Ortiz que actualmente presta el servicio, alrededor de unos 400, entendían que el pliego de condiciones para la nueva concesión ponía en riesgo sus puestos de trabajo. Finalmente, el tripartito acordó desistir del procedimiento de contratación y redactar un nuevo pliego de condiciones.

El alcalde destacó que han intentado «mejorar algo» el pliego, para lo que necesitaban paralizar la licitación. Una medida con la que, aseguró, han logrado alcanzar un acuerdo con los sindicatos.