Diecisiete años después de que se adjudicara por primera vez y siete años después de que las obras de urbanización se paralizaran, la Junta de Gobierno Local acordó ayer desbloquear la ejecución del plan parcial de Benalúa Sur, considerada una «milla de oro» por su ubicación en primera línea, junto a la avenida de Elche. Su privilegiado emplazamiento, por su cercanía al mar y por ubicarse junto a uno de los principales accesos a la ciudad, convierten esta zona en una de las más cotizadas de la ciudad, donde se levantarán alrededor de 600 viviendas repartidas en once edificios que tendrán siete alturas como máximo.

Será una agrupación de propietarios de suelo quien desarrolle la urbanización del sector, que comprende una superficie de 75.000 metros cuadrados. Además de las viviendas, se incluyen tres zonas verdes públicas de más de 12.000 metros cuadrados, una zona dotacional de 3.000 metros cuadrados y una zona terciaria de 400 metros cuadrados que tendrá fachada a la avenida Federico Mayo. Así lo detallan desde la Concejalía de Urbanismo, que espera que la urbanización esté concluida en el verano de 2018, siempre y cuando se cumplan los plazos. Esa es, al menos, la intención de los propietarios de suelo, que han pedido a Urbanismo simultanear la urbanización con la construcción de las viviendas.

En el proyecto se han incluido mejoras tanto en las zonas verdes como en la puesta en valor de las chimeneas industriales existentes, catalogadas como Bien de Relevancia Local.

Los vecinos del entorno aseguran estar satisfechos con el desbloqueo de este plan parcial, dado que la zona, pese a su ubicación estratégica, presentaba un importante estado de abandono, sobre todo desde que hace seis años se paralizaran las obras de urbanización. «Damos un paso decisivo para mejorar la deteriorada imagen del acceso sur y desbloqueamos un plan urbanístico que contribuye a ampliar la ciudad existente», destacó el edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón.

Fue hace un años cuando los propietarios de suelo presentaron su plan para desbloquear el desarrollo urbanístico de la zona, que vieron como los terrenos se quedaron a medio urbanizar sin poder comercializar con ellos en el mercado inmobiliario, pese a ser una zona que calificaban de «capital de la zona urbana».