Molesta con las voces que tachan de tibia la respuesta sindical ante la reorganización de la Policía Local lanzada por el alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, la secretaria general del CSIF, Marian Molero, reivindicó ayer a través de una nota de prensa las «numerosas quejas y alegaciones» que ha presentado contra la gestión municipal «sin que hayan salido nunca a la luz».
En el comunicado, Molero asegura que su sindicato «ha sido el único que ha presentado alegaciones (contra el plan) por escrito justificando la imposibilidad e inviabilidad para llevar a cabo el dichoso organigrama». La representante sindical se refiere al proyecto elaborado por el hombre fuerte de Echávarri en la Concejalía de Seguridad, el otrora sindicalista del SPPL Diego Maroto, con el que el primer edil ha compartido bufete durante años, que divide la ciudad en cuatro distritos y acaba con las especializaciones con las que se ha venido funcionando durante las últimas dos décadas.
Un plan que provocó el rechazo de los mandos, quienes primero en una reunión y después presentando informes en solitario han ido exponiendo sus objeciones a la nueva organización, algunas de las cuales se han acabado teniendo en cuenta en parte, como la de evitar la unión del servicio de Violencia de Género con el de Atestados.
Molero alude en su escrito al «año de interpelaciones sin tan siquiera ser escuchados» y se queja de que la nueva organización policial se haya elaborado de espaldas a todos los colectivos implicados, entre los que cita al jefe del Cuerpo, «quien por los datos de que es dueño es quién sabe y puede pautar, con cierto rigor, las alternativas ante un posible cambio de estructura de la Policía y los criterios de eficacia para llevar a cabo dicho plan».
La sindicalista llama la atención sobre la «escasez de medios y la falta de personal que atenaza la profesionalidad del Cuerpo», circunstancias de las que este diario se ha venido haciendo eco desde que salió a la luz publica la polémica por el contestado plan, y calcula que harían falta un centenar de agentes más para poner en marcha este organigrama «pues sólo por el hecho de mover piezas del ajedrez no se consigue multiplicarlas», concluye.
