El concejal de Urbanismo, Migel Ángel Pavón, aseguró ayer, en el Consejo Social de la Ciudad convocado para abordar el Catálogo de Protecciones y su estudio de paisaje, que el documento ha recibido casi 200 alegaciones. Unos reparos que obligarán, como admitió, a realizar variaciones en el catálogo inicial y a sacarlo a exposición pública por segunda vez, durante 20 días hábiles, a primeros del próximo año. Entre esos cambios, el concejal apuntó a que «se van a redelimitar los ámbitos protegibles», como los que se incluyen en la zona de Rabasa y la Condomina, y «a lo mejor se reduce el ámbito protegido».
Entre las alegaciones al Catálogo de Protecciones se encuentran las de pequeños y medianos empresarios, promotores y los colegios de arquitectos e ingenieros, que consideran que el documento condicionará el desarrollo futuro de la ciudad. Los promotores llegan a calificar de «desviación de poder» y de «fraude de ley» el hecho de que el documento proteja suelo al margen del Plan General y esgrimen que la protección de «ámbitos de gran entidad para preservarlos de su transformación urbanística», como en Rabasa o la Condomina, limitará el crecimiento de la ciudad.
Pavón aseguró que su intención era tramitar un plan de protecciones de edificios y definir la protección de los espacios naturales y del paisaje en el documento estructural del Plan General que quiere aprobar inicialmente este mandato. Sin embargo, «la Conselleria se negó y nos dijo que teníamos que elaborar un catálogo en todas sus secciones». Pavón esgrimió que «la propuesta se hizo muy deprisa» en alusión a la necesidad de sacar a exposición pública el catálogo antes de que decayera la suspensión de licencias sobre cientos de edificios y «ahora lo estamos afinando».
«En Rabasa, casi con total seguridad, se reducirá el ámbito protegido y en la Condomina se está viendo», indicó el edil de Urbanismo, quien subrayó que los técnicos están trabajando en ello. Ante las críticas de los promotores y colectivos profesionales, Pavón aseguró que el Catálogo de Protecciones «ni califica ni clasifica suelo», si bien admitió que la incorporación en él de lo que denominó «ámbitos protegibles» debería después trasladarse al Plan General. Con todo, aseveró que el catálogo es «un documento vivo» susceptible de revisarse durante la confección del documento estructural del Plan General: «Si se considera que es necesario determinado suelo para actividades económicas y entra en contradicción con el catálogo, a lo mejor hay que llegar a un equilibrio».
En el transcurso del Consejo Social, donde se acordó realizar un dictamen sobre el Catálogo de Protecciones, un representante vecinal reprochó a Pavón lo que entendía una sobreprotección del territorio, si bien el regidor subrayó que también hubo intervenciones en la línea contraria. «Éste no es el catálogo de Pavón. Hay una voluntad política de proteger el patrimonio, pero es un trabajo conjunto con los técnicos», destacó Pavón, quien recordó que antes de junio debe haber un documento aprobado definitivamente para que no decaiga la suspensión de licencias acordada en el mandato del PP.
