Ahogados por un mercado laboral cada vez más precario, muchos han sido los ciudadanos que han apostado por la apertura de un establecimiento de restauración como una oportunidad de encarar la crisis económica desatada desde 2008. La Comunidad Valenciana cerró el año pasado con un total de 31.807 firmas de servicio de comidas y bebidas, lo que supone un 11,6 % del total de negocios en territorio nacional. La mayor parte 20.579 son bares, por 9.254 restaurantes y 1.974 comedores colectivos. Así lo confirman los datos aportados por la firma pública Mercasa dependiente del Ministerio de Agricultura y Alimentación, que confirman un repunte en la apertura de negocios al consultar el mismo registro de 2014: hay 168 firmas más con actividad.

Sin embargo, la tendencia no es tan positiva si nos remontamos a los datos de hace dos años, cuando el sector contaba con 32.532 empresas en tierras valencianas: se han perdido 725 bares y restaurantes durante el último trienio.

Juan Carlos Gelabert, presidente de la Asociación de Bares y Cafetería de Valencia, señaló que «mi consejo para todo aquel que piense en abrir un bar o restaurante es que lo tenga todo muy claro, ya que hay muchos proyectos que fracasan al carecer de una correcta planificación. Hay que fijarse mucho en el lugar de ubicación del negocio, así como en la clientela que vamos a tener y en lo que queremos ofrecer. Mucha gente cree en una salida fácil y un negocio de este tipo no se lleva con solo una persona. Los márgenes se han reducido en los últimos tiempos, pasando de una media del 10-15 % a un 7 % en la actualidad. Todo está mucho más difícil, la verdad».