El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, se quedó ayer solo en su intento de enterrar el hacha de guerra con su antecesora en el cargo, la popular Sonia Castedo. Ninguno de sus socios de gobierno -ni el vicealcalde Miguel Ángel Pavón (Guanyar) ni el portavoz del tripartito, Natxo Bellido (Compromís)- quiso sumarse a un mensaje en tono conciliador que ayer volvió a repetir Echávarri y que dista mucho de las palabras de los líderes de los otros dos partidos que forman el tripartito.

Si Echávarri insistió ayer en que Castedo tiene «todo su respeto» y que de su boca «no saldrá ninguna palabra hacia ella», Pavón y Bellido mantuvieron el discurso habitual contra la que fuera alcaldesa hasta hace dos años. «Si hay que hacer una crítica contra Castedo, la haremos», apuntó el líder de Compromís, siguiendo la línea de Pavón, que a través de su cuenta personal de Facebook prosiguió con su discurso firme: «En absoluto puedo hablar bien de la gestión nefasta, autoritaria y arbitraria que desplegó desde la alcaldía de la ciudad con el apoyo de su partido, dejando en herencia un ayuntamiento intervenido y bajo sospecha de corrupción». Pero Pavón no se quedó ahí, sino que también insistió en el paso por los juzgados de Castedo y la causa que aún tiene abierta en los tribunales, el posible amaño del PGOU, junto al proceso archivado provisionalmente relativo al Plan Rabasa. «La pieza de Brugal del Plan Rabasa no está archivada definitivamente, hay varios recursos que tiene que resolver la Audiencia Provincial, y las conversiones que se han conocido entre ella y Enrique Ortiz son tan vergonzantes para un cargo público que parece mentira -continúa Pavón en su mensaje en redes sociales- que se atreva siquiera a referirse a ellas, por no hablar de los indicios de presuntos delitos que contienen».

Pavón se refiere a las recientes declaraciones de la exalcaldesa en una entrevista concedida a un programa de Antena 3, en las que asumió que pasará a la historia como una «corrupta», a la vez que se reafirmó en su amistad con el empresario alicantino, también investigados por los mismos casos de presunta corrupción.

Pocos minutos después de la aparición televisiva de Castedo, que se suma a la que protagonizó el martes en InformaciónTV, Echávarri sorprendió en Onda Cero con unas declaraciones en tono conciliador con Castedo, a las que respondió la exregidora con un «gracias» a través de su cuenta personal en Facebook. Ayer, el alcalde insistió en el fondo y en las formas, admitiendo que se «arrepentía» de haberse «enzarzado» con la exdirigente del PP y que, en consecuencia, no volvería a criticarla. «Ella fue alcaldesa y, por tanto, tiene todos mis respetos. De mi boca no va a salir jamás ninguna palabra hacia ella», aseguró el alcalde, en una estrategia en la que no coincide ni con Pavón ni con Bellido. El portavoz del tripartito optó por no valorar las lágrimas de Castedo ni las palabras de Echávarri, pero fue tajante en su valoración: «Si hay que hacer una crítica contra Castedo, la haremos».