¿Quién cierra los colegios por las tardes? La entrada en vigor desde el jueves del nuevo horario para los conserjes, que desde entonces finalizan su jornada a las 15.30 horas, deja el interrogante sobre quién debe cerrar la puerta de los centros escolares con jornada continua (todos en la ciudad, a excepción de una decena) a las 17 horas, cuando acaban las extraescolares. Por el momento, los directores aseguran estar asumiendo o delegando en su equipo directivo esta tarea que, inciden, no les corresponde. Lo hacen, dicen, por «responsabilidad», pero exigen una solución inmediata porque no están dispuestos a asumir esta función de manera permanente.

Mientras el portavoz de los directores de Primaria, Miguel Andreu, espera directrices y una solución por parte de la Conselleria de Educación, el alcalde, Gabriel Echávarri, pedía «tranquilidad». El primer edil avanzó que están tratando de firmar convenios «con AMPAS, entidades deportivas y asociaciones» para que asuman el cierre de los colegios por la tarde, después de que los conserjes hayan terminado su jornada laboral. «Tenemos la intención de abrir los colegios por la tarde para usar las instalaciones deportivas, pues vamos a ver quién puede realizar esas funciones», indicó Echávarri, quien descartó que la situación suponga problema alguno de seguridad. Al respecto, indicó que con anterioridad también los monitores asumían la apertura y cierre a mediodía.

«No puede haber trabajadores de primera y de segunda», incidió el alcalde para defender su decisión de modificar el horario de los conserjes en aquellos centros que han implantado la jornada continua este curso. El primer edil cargó contra la Conselleria de Educación al considerar que «tendría que haber tenido el tacto de hablar con todas las personas implicadas en la comunidad educativa, incluidos los conserjes», que reclamaron,a través de sus representantes sindicales, tener jornada continua al igual que los docentes. El alcalde atendió su solicitud, aunque ello provocase un nuevo distanciamiento con sus socios de gobierno de Guanyar y Compromís, que votaron en contra de la medida. El nuevo horario, de 8 a 15.30 horas, entró en vigor el jueves.

Preguntada acerca de quién cerraría a partir de ese momento los centros escolares, la edil de Educación, María José Espuch, respondió que «los sindicatos se fueron a negociar directamente con el alcalde» y que «la decisión de conceder el cambio de horario no es mía». Espuch aludió que Educación «ya hizo el correspondiente informe», si bien no detalló su contenido. La regidora de Educación apuntilló: «Respeto los derechos sindicales, pero considero que se podría haber negociado hablando con todas las partes».

Para el Sindicato de Empleados Públicos (SEP) el conflicto no es tal: «Nos parece más una guerra de poder para hacer valer sus cargos», consideró la secretaria general de este sindicato en el Ayuntamiento de Alicante, Cristabela Zornoza, quien defiende el nuevo horario de los conserjes. Asegura que en la comunidad educativa los profesores «entran y salen de los colegios cuando les viene en gana» y que «sólo tendrían que cerrar una puerta el último que saliera».