La tensa relación entre la exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, y el actual regidor, Gabriel Echávarri, dio ayer un inesperado giro de 180 grados. Si hasta el momento ambos se habían tenido en el blanco de sus respectivas críticas, ayer la popular y el socialista acercaron posturas. Él le mostró sus respetos en unas declaraciones radiofónicas y ella, a los pocos minutos, agradeció esas palabras a través de su plataforma favorita para comunicarse con el exterior: su perfil personal en Facebook.

La historia de una reconciliación impensable desde que Castedo y Echávarri cruzaron sus caminos en la política municipal empezó a fraguarse a primera hora de la mañana de ayer, cuando la exregidora aparecía en televisión. En una entrevista concedida al programa «Espejo Público» de Antena 3, Castedo se rompió ante las cámaras. Sus lágrimas fueron el resumen de una intervención en la que asumió que su «legado» en la política ya es inherente a su paso por los juzgados. «El machaque ha sido tan continuo que para la gente siempre seré una corrupta. Me parece injusto, pero ya no tiene solución», aseguró la militante popular, mientras intentaba recomponer un rostro en el que apenas había signos de maquillaje.

Su declaración televisiva -en la que también se habló de la recientemente fallecida Rita Barberá- sirvió para reafirmar su amistad con el empresario Enrique Ortiz, imputado en las mismas causas de presunta corrupción que Castedo. Una de ellas -la relacionada con el plan Rabasa- fue archivada hace medio año por un juzgado. «Mi relación con Ortiz no cambiará en absoluto. Ahora es la misma que teníamos, aunque vamos cada uno más por nuestro lado», resaltaba la exregidora, en una entrevista grabada en un conocido hotel de la ciudad.

La aparición televisiva de Castedo de ayer se sumaba a la que realizó el pasado martes en InformaciónTV, en la que fue muy crítica con la gestión del tripartito y sobre todo con las decisiones del vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, su principal azote durante su etapa al frente del Ayuntamiento, de cuyo punto final se cumplirán dos años a finales de este mes de diciembre.Enterrada el hacha de guerra

Enterrada el hacha de guerraConcluida la segunda incursión de Castedo en la pequeña pantalla en apenas 48 horas, Echávarri entró en escena al intervenir en un programa de Onda Cero Alicante, en el que fue preguntado por las declaraciones de su antecesora en el cargo. En un tono inesperadamente conciliador, el alcalde tendió la mano a la exdirigente popular, y lo hizo con varias frases que, en la práctica, suponían un intento de cese de las hostilidades entre ambos, un decisivo paso en una inesperada firma de la paz. Echávarri afirmó que, para él, Castedo siempre será «alcaldesa». «Por mi parte, el tratamiento será para toda la vida», apuntó el regidor socialista, quien se arrepintió públicamente de las críticas vertidas contra Castedo durante un mandato que se aproxima a su segundo año, un periodo de gobierno local compartido con sus dos socios y marcado por unas tensiones que ahora, aconsejado por su núcleo más próximo, intenta aplacar con éxito desigual. «De mi boca no va a salir nunca un reproche ni una palabra para una persona que ha ostentado el mismo cargo que yo», «la última vez que nos enzarzamos fue por los Reyes Magos, no tenía que haberlo hecho» y, para terminar, «ella tiene todos mis respetos». Con estas declaraciones, Echávarri enterró ayer un hacha de guerra sobre la que Castedo echó de inmediato más tierra. En su perfil personal en la red social Facebook, la regidora fue directa, a la par que rápida en su respuesta: «No puedo más que decir... Gracias».